El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, advirtió ayer de que los indultos a los políticos catalanes condenados por el procés abren la puerta a «la destrucción de la unidad de España».

«En esta semana pasada ha habido otros hechos, decretos y acciones, también muy graves, que dejan o han dejado la puerta abierta a la destrucción de la unidad de España, violando —me atrevo a decir— algo muy grave», avisó el cardenal valenciano en un artículo de opinión en el periódico La Razón.

Cañizares se separó así de la postura de la Conferencia Episcopal Española, cuyo secretario general y portavoz, Luis Argüello, indicó la semana pasada que estaban a favor del «diálogo», después de que se conociera que el Gobierno central concedería los indultos a los nueve políticos catalanes. Lo hizo después de que los obispos catalanes respaldaran por su parte la decisión del Ejecutivo.

Bajo el título 'Puntualizaciones a cosas que se dicen', el cardenal Cañizares precisó que «la Constitución no es un dogma de fe», como expresó el portavoz de los obispos la semana pasada y como repitió después el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero puntualizó asimismo que «sí que es criterio y pauta obligatoria a secundar y obedecer adecuadamente».

«¿Dónde nos conduce no respetar la ley justa? ¿Podemos vivir de espaldas a la ley que garantiza el bien común y la democracia?», se preguntó el cardenal, al tiempo que instó a «repensar mucho las cosas» por lo que él considera «el bien común».

A su juicio, «es de justicia» que «la unidad de todos los pueblos de España y el respeto a cada uno de ellos» sea «cosa de todos». Por ello, sugirió que «cualquier solución que se arbitre a una de las partes, sea la que sea, ha de tenerse en cuenta a todos». «Esto es un aval más en favor de la unidad», subrayó .

En este sentido, dijo que no se puede olvidar lo que la Conferencia Episcopal enseñó sobre estos temas. «Y que yo sepa, todavía sigue en pie como doctrina social del episcopado español en comunión con la Iglesia universal», matizó, añadiendo que «la Iglesia no actúa como la yenka, sino en continuidad de tradición».

Los obispos no lograron consensuar un comunicado de prensa tras dos días de comisión permanente la semana pasada. Indica la división sobre el asunto, como el portavoz reconoció. Uno de los prelados considerados cabezas del ala más conservadora de la jerarquía española, Jesús Sanz, rompió el pacto de silencio con un artículo en ABC criticando que se indulte a quienes han engañado y manipulado, decía. A Sanz se le une ahora el arzobispo de Valencia, también situado habituado en las posiciones más duras en la Conferencia Episcopal.

Preocupación por la eutanasia

Por otro lado, el cardenal muestra su «preocupación» por la reciente entrada en vigor de la ley de eutanasia, la cual tachó de «inicua, criminal, antivida, antihumana y antisocial».

Además, denuncia que ha sido «impuesta dictatorialmente, sin consultas previas obligatorias» y acusa a quienes la han aprobado de ser una «exigua mayoría parlamentaria, que tan mezquina, ignominiosa, irresponsable y vergonzosamente aplaudieron, el día de su aprobación». A su juicio, el Parlamento español «se vio prostituido, engañado o traicionado».