Una avería en el sistema de climatización del Hospital General de València en plena ola de calor ha convertido este fin de semana el centro hospitalario en una caldera para pacientes, familiares y trabajadores.

Las altas temperaturas registradas en el primer fin de semana de julio, que en algunas franjas del día rozaron los 40 grados, han coincidido con esta inoportuna avería que ha dejado sin aire acondicionado el citado hospital valenciano. «Es inhumano, aquí no se puede estar, después de una operación no te pueden tener en estas condiciones», lamenta Alberto mientras abanica a su esposa, encamada tras ser intervenida quirúrgicamente esta semana por una escoliosis. Junto a ella, en la misma habitación, en un espacio reducido y con la puerta abierta para que entre algo de aire en el habitáculo, permanece en coma Carmen, de 62 años.

Tras cuarenta días en la UCI la pasaron definitivamente a planta, donde permanece desde hace un mes. «No se pueden abrir las ventanas porque dicen que está prohibido por cuestiones de seguridad, y después de todo el día dando el sol la habitación se recalienta y por la noche es un verdadero infierno», explica su marido.

Aunque están en todo el hospital con problemas de refrigeración desde el sábado al mediodía, según confirmaron fuentes del centro hospitalario, en el caso del pabellón B y especialmente las habitaciones de la tercera planta, el sistema de aire acondicionado está averiado desde el jueves, apuntaron varios familiares con pacientes en dicha planta.

El sábado acudieron técnicos de mantenimiento para solventar el problema pero según la explicación que les dio la responsable de guardia que estaba ese día, no pudieron concluir con la reparación porque les faltaba «una pieza grande bastante complicada de encontrar». «Nos dijeron que hasta el lunes no podían hacer nada y poco menos que nos aguantáramos con lo que había», critica Alberto, quien va a interponer una reclamación por esta situación.

No es el único que se lo está planteando. Fernando, que también tiene a su madre ingresada en este mismo pabellón, asegura que el calor que están pasando es insoportable. «Ya no solo por los acompañantes, que venimos a cuidarlos pero podemos salir a respirar, sino por los trabajadores y por los enfermos, que a alguno le va a dar algo», reconoce este familiar. De hecho, la noche anterior tuvo que levantar varias veces a su madre para refrigerarla con agua del calor asfixiante que hacía.

Problemas también en Urgencias

Muchos familiares optaron por traerse de casa ventiladores para poder combatir las altas temperaturas en vista de que no solventaban el problema con el aire acondicionado. En la zona de urgencias la situación no era mucho mejor. «No se puede estar dentro, llevamos una hora para una placa», se quejaba Aurora. Aunque al menos habían logrado conectar la ventilación, pese a que la refrigeración seguía al cierre de esta edición averiada.

Para colmo de males, en el lado del hospital que da a la avenida del Cid se suma el incordio de unas obras en las que hoy lunes volverá a retumbar el sonido y las sacudidas de un martillo hidráulico. «Nada más salir de quirófano la trajeron aquí y parecía que se caía la habitación», critica Alberto, a quien la única justificación que le dieron es que «estaban faltos de camas».