El pasado viernes recibíamos la triste noticia del fallecimiento de José María Gay de Liébana, al que yo consideraba un gran amigo. Era un prestigioso economista español, que amaba su tierra, Cataluña, pero que nunca perdía la oportunidad de estar presente en todos y cada uno de los rincones de nuestro país, haciendo lo que mejor se le daba: divulgar y defender la importancia de contar con buenos empresarios, ya que, como él decía, son los que generan empleo, innovan y nos hacen más competitivos.

Por lo que se refiere a la Comunidad Valenciana, en general, y al entorno de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), en particular, siempre estuvo apoyando y participando en nuestras iniciativas, asistiendo a nuestros actos, dando charlas o grabándonos material audiovisual: En EDEM, Escuela de Empresarios, en el movimiento #EActívate y en el movimiento #QuieroCorredor.

Necesitamos más referentes como él que no tengan miedo a decir lo que piensan, le pese a quien le pese, especialmente en una era tan influida por la desinformación. Una sociedad civil fuerte, precisa de colectivos con iniciativa propia, que piensen en el bien del conjunto y destierren las prácticas, que lamentablemente se han instalado, del enfrentamiento y la división constante. Y así era Gay de Liébana, una mente brillante, que siempre realizaba aportaciones que contribuían a motivar a los distintos colectivos de la sociedad civil, para desarrollar sus acciones, especialmente a los empresarios en quienes tanto creía.

Espero que esa energía, pasión y entusiasmo, «a raudales», que caracterizaba a José María en todo lo que hacía, haya calado hondo en nuestra sociedad y seamos capaces de continuar su legado. Muchas gracias por todo y Descansa En Paz.