El alcalde de Alicante, Luis Barcala, lamenta que las nuevas restricciones anunciadas por el Consell, con la ampliación del toque de queda a la ciudad junto a una quincena de municipios de la provincia, amenace con "arruinar" toda la temporada turística y considera de esta forma "se pone en peligro la supervivencia de miles de puestos de trabajo relacionados con el sector".

El popular ha criticado en un comunicado, por "ineficaz y desconcertante", la gestión de la pandemia por parte de la Generalitat Valenciana. "Se nos pidió un sobre esfuerzo en Semana Santa para salvar el verano, pero la Conselleria no hizo los deberes y despidió a 3.000 sanitarios", ha destacado.

Asimismo, ha indicado que "llevar el porcentaje menor de vacunación entre las comunidades autónomas, sin optar por métodos más ágiles, ha diferenciado a peor a la Comunitat Valenciana".

"Hace apenas un mes y medio el president Ximo Puig sacaba pecho anunciando que teníamos las mejores cifras de Europa, pero hoy sucede todo lo contrario y no hay autocrítica, al igual que no ha habido ninguna medida para sostener el bajo nivel de contagios", ha señalado.

Del mismo modo, ha sostenido que "desde la Conselleria no ha habido información de la evolución, solo disponemos de datos cuando ya es demasiado tarde. Se está jugando muy peligrosamente con la salud de las personas y con la economía de todos".

Por ello, se pregunta si Sanidad tiene o no datos comparativos sobre las cifras de contagios entre poblaciones afectadas y no afectadas por las restricciones y si el Consell acompaña su petición de más restricciones de datos científicos que avalen estas nuevas medidas.

"Se sabía que todos los estudiantes terminaban el curso y son los que más movilidad iban a desplegar, pero no se varió un plan de vacunación que ya llevaba mucho retraso. A los jóvenes no hay que castigarlos, hay que vacunarlos", ha subrayado.

"En Semana santa se nos pidió a todos que hiciéramos un sobre esfuerzo para asegurar la campaña de verano; hubo restricciones en la movilidad y los ciudadanos nos quedamos en casa, la hostelería aguantó el tirón con los cierres y las restricciones, pero mientras tanto la Conselleria no hizo sus deberes", ha agregado.

También ha criticado que la Generalitat no cambió los planes de vacunación y no incrementó el número de las vacunaciones al no exigir al Gobierno central el número de dosis que se necesitaban para atender a desplazados y a otros colectivos.

Barcala ha hecho hincapié en que la Conselleria "despidió a 3.000 sanitarios y no los ha repuesto, lo que ha debilitado el sistema de atención primaria y el sistema de lucha contra el covid, de ahí el elevado número de contagios que está sufriendo el personal sanitario y la nula reposición que se vive en la atención primaria".

"Es decir, que mientras se pedía un sobre esfuerzo a toda la población, el Gobierno de Puig no hacía sus deberes y sacaba pecho con las cifras extraordinarias que daba la Comunitat Valenciana, pero no se han hecho seguimientos, ni la trazabilidad, ni los test para poder prevenir esta quinta ola", ha considerado Barcala que ha señalado que "ahora, cuando la quinta ola se nos ha echado encima, de nuevo los que van a pagar el pato son los sectores turísticos, la hostelería y los ciudadanos".

"Este es el resultado de la política sin rumbo de la Generalitat, que exige a los ciudadanos, restringe derechos y condena a nuestro sistema productivo, pero no asume la verdadera responsabilidad que le corresponde en materia sanitaria y económica cuando no hay evidencia científica alguna del resultado objetivo de las medidas restrictivas propuestas, ni que refleje la efectividad de los cierres en hostelería", ha añadido.