El tribunal, conformado por tres mujeres —la jueza Concepción Ceres como presidenta junto a otras dos magistradas— consideró que, de acuerdo al Código Penal, los hechos ni siquiera se podían calificar como intento de asesinato, como aseguraba la Fiscalía. Tan solo podrían suponer un intento de homicidio, lo cual también quedó descartado. En la sentencia, se argumenta que es «humanamente comprensible» que la acusada «se viera afectada emocionalmente de manera intensa» por la situación, «faltándole al respeto» su hija en la discusión.