Siempre ha habido récords meteorológicos y efemérides que contrastan con los actuales. Este es el caso del récord de temperatura de la ciudad de València en un mes de diciembre, 32ºC, valor alcanzado en diciembre de 1895. Los récords de calor en una serie histórica larga, superior a 100 años, no siempre quedan asociados a los últimos años del siglo XXI, marcados por el calentamiento climático importante, en el siglo XX y XIX también ha pasado algo similar, ha habido récords de calor. En la ciudad de Girona a finales del siglo XIX tuvimos años bastante cálidos, con temperaturas medias superiores a 16ºC, por tanto superiores en 1ºC a la media del siglo XX. Incluso se alcanzaron temperaturas invernales, que deben tomarse con precaución, ya que desconocemos su fiabilidad, como los 27ºC de máxima alcanzados en diciembre de 1897 en Girona. Se debe remarcar que las temperaturas máximas y mínimas del siglo XIX se deben corregir respecto a las temperaturas más recientes (a partir del año 1911). Así en este año se cambia el tipo de jaula meteorológica, de Montsouris, que subestimaba la temperatura mínima, y sobrestimaba la temperatura máxima, por la jaula de Stevenson. Además hay valores térmicos absolutos que el antiguo Instituto Nacional de Meteorología (actual Agencia Estatal de Meteorología) ha desestimado ya que consideran que existe un sesgo por la instalación del observatorio como los 51ºC, dentro de un campanario, y dentro de una jaula de hierro. Esta temperatura máxima fue alcanzada en Sevilla en 1881. Se considera como récord oficial de Sevilla los 46,6ºC, valor alcanzado durante la ola de calor de julio de 1995.