Los socialistas vuelven a situar en el debate político el papel de las diputaciones provinciales. Así en la ponencia marco que el PSOE llevará al congreso federal de València el 15,16 y 17 de octubre, uno de los capítulos está dedicado a «modernizar y redefinir» las corporaciones provinciales. Al contrario que otros grupos de izquierda o postulados pasados de alguna federación, el actual PSOE no quiere suprimir las diputaciones, sino reformular sus competencias para que se centren solo en los municipios de menos de 20.000 habitantes. Es decir, que las medianas y grandes ciudades perderían el dinero que anualmente suelen recibir de los diferentes planes de las corporaciones municipales.
La Diputación de València, comandada actualmente por los socialistas, ya trata de dar prioridad a los pequeños municipios en el reparto de los fondos, iniciativa que incluso causó la queja y el malestar del alcalde de València, Joan Ribó, al quedarse el cap i casal sin una de las partidas que tradicionalmente recibía. Finalmente sí le fue transferida, destinada, eso sí, a las pedanías de la ciudad.
La ponencia marco del PSOE propone «que estas instituciones se dediquen al apoyo a municipios de menos de 20.000 habitantes». «Su misión será el asesoramiento y la gestión de servicios públicos en municipios pequeños incapaces por sí mismos de prestarlos bajo mínimas condiciones de eficiencia, así como decidir y gestionar los tributos locales en esos ámbitos territoriales y previo requerimiento voluntario del municipio», señala el documento.
Sobre la ponencia, el presidente de la Diputación de València, Toni Gaspar asegura que es «muy realista», y que se siente «muy identificado» con la propuesta «porque al fin y al cabo es lo que estoy haciendo yo, pocas subvenciones y muy claras», explica el dirigente socialista.
