Los talleres de coches son uno de los puntos en los que mejor puede hacerse uno a la idea de los efectos de la fuerte granizada caída en la tarde del sábado en numerosos puntos de Castellón. Tanto es así que algunos optaron por abrir ayer domingo, pese a ser un festivo, para empezar con las reparaciones y organizar las agendas. Desde un establecimiento del sector, Glass Drive, Ángel Iglesias explica que los primeros afectados «llegaron el mismo sábado por la noche». «Estuvimos abiertos hasta las 00.00 horas y no pudimos atender a más gente porque a la una era el toque de queda», comenta. En solo una jornada «son más de 200 los partes» que tienen abiertos «por toda la provincia». Por el momento, esta semana la tienen al completo, puesto que la capacidad máxima para reparar lunas es de unos 20 vehículos al día.

Para tratar de acelerar el proceso se plantean reorganizar al personal de otros talleres cercanos, intervenciones con una unidad móvil y modificar las vacaciones. El mes de agosto acaba de empezar y normalmente la actividad en este tipo de negocios suele bajar. Unos minutos de fenómeno meteorológico adverso rompieron con toda la planificación

Manel Irigaray, desde Carglass, señala que pondrán en marcha un operativo especial para atender con la mayor rapidez a los afectados. «Por el momento, hay fechas dadas hasta el 20 de agosto», advierte. No reciben los primeros vehículos hasta hoy, pero ayer estuvieron abiertos para recoger los datos y empezar trámites. Otros talleres que no pertenecen a cadenas también difundieron a través de sus redes sociales que se ponen a disposición de los clientes. Todos quieren tener el problema resuelto lo antes posible.

Procedimiento

Antes de dejar el coche en un taller especializado hubo una avalancha de llamadas a los servicios de seguros. Si uno tiene contratada una protección a todo riesgo es muy posible que le entre la reparación o recambio de lunas ante un fenómeno como el del fin de semana. En cambio, si se dispone de una modalidad más básica, es de esperar que el gasto corra a cuenta del propietario. Un contratiempo al que se tendrán que sumar los gastos de planchistería en los vehículos más dañados por la dimensión del granizo.

Bomberos

El balance del Consorcio Provincial de Bomberos recogió diez intervenciones a lo largo de la jornada del sábado. Una de las más delicadas fue el saneamiento de las cristaleras afectadas por el granizo en una finca de pisos de Vila-real. Desde la Agencia Estatal de Meteorología indican que es poco frecuente que la costa sufra la caída piedras del tamaño del visto en este episodio. 

Campos arrasados por la piedra  

La huerta del Baix Maestrat, especialmente Benicarló, es una de las zonas más afectadas por el pedrisco. Los daños son más que evidentes en las plantaciones de sandías, en pleno periodo de recolección. El gerente de la cooperativa de la localidad, Guillermo Edo, señala que los campos «más cercanos al casco urbano han quedado arrasados en un 90%». La campaña de esta fruta «tenía unas previsiones de seis millones de kilos y ahora se quedará en solo la mitad», añade. No solo han quedado abiertas las sandías a punto de ser cosechadas. «La mata ha quedado triturada y la temporada ha acabado» en los terrenos donde cayeron piedras de mayor tamaño el sábado, comenta.

Olga Flos tiene una finca de agricultura ecológica y calcula que las pérdidas «son del 95%». «La campaña de verano ha terminado de golpe y ahora hay que poner la vista en preparar la de otoño», dice. El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, coincide en que Benicarló «es la zona cero», aunque hay consecuencias adversas en la Plana, «como en áreas de cítricos cercanos al Madrigal en Vila-real y varios puntos de Castelló, Almassora y Burriana en menor medida». Naranjos y mandarinos del Maestrat, como en Càlig y Vinaròs, también han sufrido los estragos de la tormenta.

Sandía de un campo de Benicarló destrozado por la granizada. Mediterráneo

La afectación no solo alcanzó a los frutos, sino que la madera ha quedado marcada por las dimensiones del granizo. «En estos casos habrá que aplicar tratamientos con fungicidas para recuperar los árboles, lo que supone un coste añadido» a los tratamientos por el cotonet, comentó Peris. Los técnicos empezarán hoy a cursar visitas para hacer una primera cuantificación de los daños.