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"Empezamos a ver caer ceniza y tuvimos que salir con lo puesto"

Los vecinos de las dos urbanizaciones y los chalés diseminados desalojados por las llamas no podían regresar a sus casas por prevención, salvo para coger medicamentos y efectos de primera necesidad

Una familia desalojada con sus dos hijos de uno y tres años regresa a coger unos medicamentos. | I. CABANES

Con miedo e incertidumbre de no saber si el fuego llegaría a sus casas. Así pasaron la noche del sábado muchos de los vecinos desalojados de dos urbanizaciones de Barxeta y Rafelguaraf, y de los chalés diseminados por la zona próxima al incendio que calcinó una extensión de cerca de 200 hectáreas, al tener que abandonar sus viviendas de forma apresurada, dejando en manos de la voluntad del viento y los trabajos de los medios de extinción el devenir de sus propiedades.

«Hemos pasado la noche fatal pensando en que el fuego podía llegar en cualquier momento y al no estar ahí para poder verlo no sabíamos que nos íbamos a encontrar a la mañana siguiente», explicaba Juan Carlos. Por suerte y gracias al incansable trabajo de los medios terrestres y aéreos desplegados en el lugar desde la misma tarde del sábado, el incendio se pudo acotar antes de que afectara a ningún bien inmueble. Así, no hubo que lamentar ni daños humanos —la prioridad desde el minuto uno, de ahí el desalojo preventivo— ni tampoco materiales.

Pese a que las llamas no alcanzaron la zona de chalés, agentes de la Guardia Civil ubicados al inicio de los caminos que comunican con la zona en la que seguían ayer los trabajos de extinción y de refresco para evitar nuevos rebrotes del fuego, controlaron que ninguna de las más de 160 personas desalojadas volviera a sus respectivas viviendas hasta las 20.00 horas de ayer, poco después de que el incendio se diera por controlado.

Solo unos pocos vecinos pudieron acceder a sus casas para recoger efectos de primera necesidad que no pudieron llevarse al ser desalojados apresuradamente la tarde anterior. Este es el caso de Enrique y Aroa, quienes, junto a sus dos hijos de uno y tres años, volvieron ayer por la mañana a su chalé, situado justo en la arboleda que fue salvada «in extremis» por los bomberos, para coger medicamentos y ropa para los niños. «Empezamos a ver caer ceniza y tuvimos que salir con lo puesto», sostiene Enrique. «Nos han dicho que solo tenemos un par de minutos para coger cuatro cosas y nos tenemos que ir de nuevo», relataba antes de coger la crema para la dermatitis atópica y la ropa del bebé.

«Nos han dicho que nos avisarán cuando podamos volver, pero ya nos hemos hecho la idea de pasar esta noche en el piso de Xàtiva», añadía este vecino, consciente de que si finalmente les dejaban regresar a su chalé no sería antes de las nueve de la noche, «una hora demasiado tarde si tienes dos niños pequeños de uno y tres años», recalcaba.

Para ellos es su primer incendio, porque es su primer año en la vivienda de Barxeta, pero para otros vecinos desalojados esta historia «se repite cada dos o tres veranos», según critican, y temen que no se trate de algo casual. «Siempre le pegan fuego los días de poniente», advierten.

La mayoría de los vecinos desalojados por el incendio originado en la tarde del sábado en Rafelguaraf, al encontrarse pasando el fin de semana en sus segundas residencias, optaron por irse a sus viviendas habituales y no hubo necesidad de habilitar grandes espacios para que pudieran pasar la noche.

No obstante, una familia de origen holandés que estaba pasando unos días en una zona residencial que tuvo que ser desalojada por el fuego sí que requirió de un techo para dormir. De ahí que, tras las gestiones desplegadas por la alcaldesa de Rafelguaraf, Rafaela Aliaga, en contacto con el Ayuntamiento de La Pobla Llarga, se les facilitó su estancia en un albergue de este municipio que es utilizado por los peregrinos del Camino de Santiago.

En total eran trece personas, cinco adultos y ocho niños, quienes pasaron la noche en el citado albergue de la Pobla Llarga, situado en la avenida de la Estación. La Policía Local de dicho municipio les habilitó el lugar y un camión del consistorio les llevó camas y colchones para que pudieran dormir en las mejores condiciones.

Para entenderse, ya que únicamente hablaban inglés, uno de los peregrinos del Camino de Santiago ejerció como improvisado intérprete entre la policía y estos turistas holandeses.

A la mañana siguiente se les ofreció un lugar en el que poder almorzar y, una vez con el estómago lleno, estas personas, que viajaban en tres vehículos, se marcharon para seguir su ruta, según fuentes municipales.

Una familia es alojada en un albergue del Camino de Santiago

La mayoría de los vecinos desalojados por el incendio originado en la tarde del sábado en Rafelguaraf, al encontrarse pasando el fin de semana en sus segundas residencias, optaron por irse a sus viviendas habituales y no hubo necesidad de habilitar grandes espacios para que pudieran pasar la noche.

No obstante, una familia de origen holandés que estaba pasando unos días en una zona residencial que tuvo que ser desalojada por el fuego sí que requirió de un techo para dormir. De ahí que, tras las gestiones desplegadas por la alcaldesa de Rafelguaraf, Rafaela Aliaga, en contacto con el Ayuntamiento de La Pobla Llarga, se les facilitó su estancia en un albergue de este municipio que es utilizado por los peregrinos del Camino de Santiago.

En total eran trece personas, cinco adultos y ocho niños, quienes pasaron la noche en el citado albergue de la Pobla Llarga, situado en la avenida de la Estación. La Policía Local de dicho municipio les habilitó el lugar y un camión del consistorio les llevó camas y colchones para que pudieran dormir en las mejores condiciones.

Para entenderse, ya que únicamente hablaban inglés, uno de los peregrinos del Camino de Santiago ejerció como improvisado intérprete entre la policía y estos turistas holandeses.

A la mañana siguiente se les ofreció un lugar en el que poder almorzar y, una vez con el estómago lleno, estas personas, que viajaban en tres vehículos, se marcharon para seguir su ruta, según fuentes municipales.



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