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El incremento de flora sumergida confirma la mejoría de l’Albufera

El Servicio de Conservación de Devesa despliega un estudio sobre los hábitats acuáticos y cartografía las zonas de mayor valor ecológico

El incremento de flora sumergida confirma la mejoría de l’Albufera |

El Servicio de Conservación de Ambientes Acuáticos de Devesa-Albufera ha registrado la cobertura destacada de cinco especies de macrófitos vegetales, flora sumergida, que confirman la recuperación del Parc Natural. Se trata de Potamogeton nodosus, Potamogeton pectinatus, Myriophyllum spicatum, Ceratophyllum demersum y Potamogeton coloratus. Esta última, presente en la carrera de la Reina, está aún por confirmar, según explica el biólogo Pablo Vera. Las tareas de diagnosis de hábitats en las ribas y canales de la laguna han servido para cartografiar las áreas con mayor valor ecológico, pero también aquellas donde proliferan las exóticas invasoras.

Los trabajos llevados a cabo por el servicio municipal han permitido a los técnicos disponer de una documentación actualizada para posteriores acciones a la vuelta del verano. Es el caso de la erradicación y control de la Canna índica (caña de las indias), el Ricinus communis (ricí) o la Ludwigia grandiflora. Vera destaca la presencia, muy extendida, del Azolla filiculoides, «un minúsculo helecho de agua, igual de delicado y bonito que peligroso para la biodiversidad» que «presenta un crecimiento imparable, tapizando pequeños canales e impidiendo el paso de luz y oxígeno al agua», ahonda.

El incremento de flora sumergida confirma la mejoría de l’Albufera |

La Ludwigia grandiflora, arraigada principalmente en el Portet del Perelló, ya se eliminó, pero ha vuelto a germinar. De ahí que se abogue por incrementar la vigilancia para evitar la erradicación posterior, más costosa y complicada. Vera insiste en lo «importantes» que son las acequias en la preservación de la flora y fauna de un enclave singular como l’Albufera.

El biólogo aprovecha para recordar que, aunque muchos agricultores han ido apostando por prácticas agrícolas más sostenibles, otros aún continúan utilizando productos como el peligroso glifosato. Su uso tiene un grave impacto en el medio natural, puesto que contamina los suelos y el agua. Afecta a otros seres vivos, como organismos acuáticos desde algas microscópicas hasta peces y moluscos, pasando también por las ranas o las lombrices, fundamentales para mantener e incrementar la fertilidad de la tierra, tal como reiteran todos los colectivos conservacionistas.

El incremento de flora sumergida confirma la mejoría de l’Albufera

Como buena noticia, apunta a la presencia de la Kostelezkya pentacarpos, conocida como trencadalla, una especie de alto valor local e indicativo del buen estado de los hábitats palustres. «Los canales tienen un gran potencial y nos demuestran que es posible revertir aquellos puntos más críticos del lago», desgrana.

El pato colorado

Pese a las amenazas que acechan sobre el humedal, en forma de vertidos y agresiones ambientales, Vera se queda con las muestras de mejora que se vienen detectando en las últimas décadas tal como confirman distintos estudios. Como ejemplo, las dos parejas de pato colorado que han nidificado en la acequia de la Llenca. «Es un signo de calidad del agua y de madurez del ecosistema», explica. Y apostilla que este ánade puede verse en los tancats, más protegidos, pero es muy infrecuente en los arrozales. En la época dorada de l’Albufera podían contabilizarse más de mil parejas, recuerda.

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