Esta primavera fue, en general, una primavera más fría de lo normal en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica. Con la excepción de algunos días del mes de mayo con viento de poniente en que se alcanzaron valores récords de temperatura máxima como 36ºC en la ciudad de Alicante las temperaturas máximas fueron bastante inferiores a la media climática. En la ciudad de Valencia fué uno de los meses de abril más fríos de toda la serie y también uno de los más nublados. La elevada persistencia de vientos de levante provocó que hubo muchos días nublados y con precipitaciones débiles. En el noreste de Catalunya, en la ciudad de Girona, la pasada primavera fué una de las primaveras más frías de este siglo XXI. És cierto que en el mes de abril las temperaturas mínimas fueron bastante bajas, con muchas heladas en el Pirineo, bastante en el interior incluso en el prelitoral, el observatorio de Girona-Sant Daniel tuvo 5 heladas y abril más frío desde 2003 con una temperatura media de 11,7ºC. Se debe remarcar pero que la anomalia térmica negativa de las mínimas fué inferior a la de las máximas en el conjunto de Catalunya y de la fachada mediterránea oriental peninsular. Hasta el día 27 de mayo no se alcanzó ningún día temperaturas máximas superiores a los 28ºC en Girona, cuando normalmente a mediados de mes ya se alcanza algún día con temperatura máxima superior a 30ºC.