Nocturna y singular. Así describen a la especie de mariposa recientemente detectada por técnicos del servicio de Devesa del Ayuntamiento de València en l’Albufera, según informaban ayer fuentes municipales. Los ejemplares fueron localizados, precisamente, en la zona del Sequiol del Amarradero, cerca de los Flotons del puerto de Sollana.

Se le conoce como «Elophila nymphaeata». Es un insecto lepidóptero que, para poner sus huevos, necesita una rica vegetación acuática y subactuática de hoja ancha. Dada su naturaleza y necesidades, el vicealdalde y concejal de Devesa Albufera, Sergi Campillo atribuía este descubrimiento al trabajo realizado desde el servicio de Devesa Albufera en el análisis y control de la biodiversidad del lago de la Albufera y de los diferentes canales, indicando que «reafirma nuestra política de conservación del parque natural más importante que tenemos los valencianos». El edil, además, incidía en que esta especie necesita aguas claras, y por tanto su presencia es «un indicador de la mejora de la calidad de agua de este canal, e indica que aunque queda mucho camino para recorrer, la Albufera despacio se va recuperando».

La simbiosis entre este insecto y las plantas la reafirma a Levante-EMV un integrante del equipo que ha participado en la detección de esta nueva especie, que señala que «casi todas las mariposas se relacionan estrechamente con algún tipo de planta porque las orugas se especializan en alimentarse de esa planta. Es el caso de esta mariposa, las orugas solo se alimentan de plantas sumergidas de hojas ancha».

Son plantas, describen, «muy sensibles a las contaminación por nutrientes. En aguas con tanto sustento, hay muchas algas microscópicas y la luz no llega al sustrato, por lo que las semillas no pueden germinar». Por ello, afirma, «están en las zonas en las que el agua llega desde el Júcar, que es de mucha más calidad».

La vegetación que necesitaba este tipo de insectos, afirma el técnicos de la Devesa, «prácticamente llegó a desaparecer y en los últimos años se va viendo una mejoría paulatina» y según Campillo, «ahora se está recuperando». La historia de esta especie así lo demuestra. Abunda en Europa central, sin embargo, en los últimos años solo se ha descubierto en determinadas zonas de la vertiente cantábrica, y de manera excepcional en humedales de la costa mediterránea, donde las plantas de las cuales se alimenta son mucho más escasas y su hábitat ha sufrido una fuerte degradación en la segunda mitad del siglo XX.

La historia, por su parte, del parque natural valenciano, en palabras del biólogo del equipo de la Devesa comienza así: «en los años 60 l’Albufera era una laguna de aguas cristalinas cubierta de vegetación sumergida. Un paraíso para la biodiversidad». Más tarde, indica el biólogo, se perdía. Sin embargo, indica, y a pesar de que «en los últimos años se han hecho avances, empezamos a ver que l’Albufera mantiene ese potencial, con hallazgos como el de esta mariposa que nos indica que tenemos aguas de mejor calidad, desarrollo de vegetación y condiciones más estables». El especialista reconoce que queda mucho camino para volver a «recuperar su potencial l’Albufera necesita recibir agua en cantidad, calidad, y durante todo el año».

El hallazgo producido en esta pequeña acequia en la cual abunda la lengua de ganso hizo destacar a Campillo que para la recuperación es necesario que «desde el gobierno del Estado continúen las aportaciones de agua, como venimos reclamando desde el Ayuntamiento de València desde hace muchos años».

La calidad del agua del Júcar ha sido clave

El servicio de Devesa Albufera aseguró que la detección de la especie se produjo en unas aguas procedentes del Júcar, hecho que «refuerza la necesidad de que llegue cuanto más agua sea posible de este origen. Estas aguas traen más vida, se podría decir que son más naturales que aguas procedentes de depuradora», concluían. La calidad de agua superficial del río Júcar es «muy buena», de acuerdo con el índice calidad general (ICG) calculado por la confereración hidrográfica del Júcar.