Una microalga en descomposición por el aumento de la temperatura del mar fue la responsable de la gran mancha de color marrón que obligó a mantener izada la bandera roja durante más de 24 horas en las playas del Puig, Puçol y la Pobla de Farnals, después de que diversos bañistas sufrieran pequeñas reacciones adversas en la piel el domingo por la mañana. Los tres espacios, muy concurridos por estas fechas, comenzaron a retomar la normalidad a primera hora de la tarde de ayer, cuando se volvió a permitir el baño con precaución una vez se conocieron los tranquilizadores resultados de los primeros análisis practicados por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.

El informe preliminar elaborado por este departamento autonómico apunta a la concentración masiva de una microalga de la clase «Rhaphidophyceae» en las muestras tomadas el domingo. Ayer, la proliferación del citado organismo se había reducido de manera considerable, hasta el punto de que en las imágenes aéreas ya no había rastro de la mancha. En la observación visual, las aguas de la zona eran transparentes. Por ello, la conselleria determinó que eran aptas para el baño, si bien dejó en manos de los ayuntamientos de l’Horta Nord la decisión de cuándo volver a permitirlo.

El informe de laboratorio recalca que no es la primera vez que se produce un suceso similar, probablemente motivado por las altas temperaturas propias de estas fechas del año. «Se han descrito en numerosas ocasiones grandes manchas como mareas rojas provocadas por esta clase de microalgas. Durante períodos estivales en años anteriores se han detectado proliferaciones en zonas de la costa catalana y otras zonas de la costa valenciana», precisa el documento.

Aunque en un primer momento se temió que pudiera haberse registrado algún tipo de vertido contaminante en El Puig, lo primero que descartaron los técnicos desplazados al lugar fue la presencia de hidrocarburos en el mar. La empresa encargada del tratamiento de las aguas residuales en los municipios afectados también excluyó la posibilidad de un escape de aguas fecales como consecuencia de alguna anomalía en las depuradoras o aliviaderos próximos.

Algunos bañistas describieron el domingo picores, rojeces y ronchas en brazos y piernas por el contacto con la microalga, que en cualquier caso no provoca ningún efecto tóxico para la salud humana. «Si se hubiese tratado de un vertido, la mancha habría surgido de una orilla hacia el mar, y no fue así, sino que apareció en mitad del agua [en la confluencia entre las playas del Puig y Puçol, para luego expandirse hasta el término de La Pobla de Farnals] de manera casi espontánea», remarcó a Levante-EMV la alcaldesa del Puig, Luisa Salvador.

Un antecedente en la Safor

En 2012, las playas de Xeraco y Tavernes de la Valldigna también tuvieron que ser desalojadas y cerradas cautelarmente por la aparición de una gran mancha de microalgas en estado de putrefacción. En menos de 24 horas, la acumulación del organismo desapareció del mar y las analíticas confirmaron que las aguas estaban limpias.

Las fuentes consultadas por este diario subrayan que este fenómeno suele originarse a raíz del calentamiento del mar, que provoca la falta de oxígeno en el agua y la muerte de algas, que se pudren bajo el agua y resurgen en estado de descomposición.

El alcalde de La Pobla de Farnals, Enric Palanca, incidió ayer en que las microalgas pueden producir picores y urticaria en pieles sensibles y avanzó la reapertura una vez pudieron garantizarse las máximas condiciones de seguridad en las playas. «Se trata de un problema que se está registrando en otros puntos, pero cuyo origen es natural», remachó el dirigente.

La suspensión del baño llegó a a afectar a un radio de ocho kilómetros de playas tres municipios de l’Horta Nord y comenzó a aplicarse a las 13.30 horas del domingo. Fue en la tarde de ayer cuando la bandera roja se cambió por la amarilla y los usuarios volvieron a poder zambullirse en el agua, después de descartar tanto Salvamento Marítimo como la Conselleria de Agricultura cualquier tipo de peligro. En la Pobla de Farnals, el domingo los socorristas tuvieron que llamar la atención a varios bañistas que intentaron entrar a nadar pese a la prohibición. Hoy, el incidente ya es agua pasada y las playas comienzan a recuperar su apogeo.

En 2019 el cierre se originó por la contaminación fecal de las aguas

Las playas de El Puig y la Pobla de Farnals ya tuvieron que cerrarse cautelarmente al baño en el verano de 2019, aunque en aquella ocasión la alerta la originó la contaminación fecal detectada en las analíticas practicadas en la zona, probablemente a raíz de los vertidos de las acequias. El posterior uso de cloro para solucionar la situación llevó a la Fiscalía a abrir una investigación a principios de 2021, tras la aparición de peces muertos en la desembocadura de una de las acequias.