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Memoria histórica

Fosa 21 de Paterna: La historia silenciada sale a la luz

Comienzan los trabajos de exhumación de 76 cuerpos entre los que se encuentran las tres primeras mujeres fusiladas en la zona

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Fosa 21 de Paterna: La historia silenciada sale a la luz Germán Caballero

Josefina toma posición junto a los fotógrafos profesionales. Son las 10.50 horas del 25 de agosto de 2021. A sus 82 años, la mujer maneja la cámara de fotos de su teléfono móvil con soltura. El resto de fotógrafos le hacen hueco para que inmortalice el momento. Ellos trabajan para medios de comunicación. Ella quiere la imagen como recuerdo familiar y no piensa perderse un momento que pensaba que no llegaría. O que ella no viviría lo suficiente para verlo. Lo reconoce con naturalidad y emoción contenida. Allí, en la Fosa 21 del cementerio de Paterna, están los restos de su padre, Francisco Ferre Miralles, un hombre de Bocairent fusilado y tirado a esta fosa común junto a 75 personas más. Él combatió con el ejército de la República. De hecho, Josefina es fruto de una visita fugaz de su madre a su padre en el mismo frente. La mujer lo cuenta y se ríe. "Que valiente mi madre", afirma a Levante-EMV. A Josefina, sin embrago, la crió su tía. "Mi madre enfermó conmigo muy pequeña y mi padre murió en el 39, cuando yo nací. Para mí es muy importante que sus restos decansen en Bocairent, junto a los de mi madre. Ya tengo 82 años y pensaba que no viviría lo suficiente para ver este momento. Recuerdo una infancia con muchas penurias, una vida de sufrimiento. Durante muchos años no supimos donde estaba mi padre, hasta que su nombre apareció en una revista. Hemos luchado mucho por este momento", explica la mujer.

"Tengo 82 años y pensaba que no viviría lo suficiente para presenciar este momento"

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Al padre de Josefina lo fusilaron el mismo años que ella nació, el mismo en el que acabó la Guerra Civil y empezó al represión. Los 76 cuerpos bajo la fosa 21 de Paterna fueron asesinados entre el 15 y el 21 de julio de 1939, con la guerra supuestamente acabada pero la represión en caliente. Entre ellos hay jornaleros, militares, funcionarios, pintores, obreros, tejedores, mecánicos, camareros, albañiles, zapateros, dibujantes, impresores, médicos comerciantes, industriales.... y tres mujeres. Las tres primeras mujeres fusiladas en el conocido como el paredón de Paterna, un murete a 300 metros del cementerio en línea recta que permitía disparar sin riesgo de balas perdidas y donde fueron fusiladas 2.238 personas. Carmen Martínez, Bárbara Morella y Francisca Ballester, amas de casa de Catarroja, fueron asesinadas el 21 de julio por cuestiones ideológicas y su historia, como la del resto, olvidada durante años.

El inicio de los trabajos de exhumación de la Fosa 21 es consecuencia de la lucha de las familias que buscan "justicia y reparación" tras realizar una labor de investigación digna de admiración al localizar a 50 familiares de las 76 víctimas. La presidenta de la Asociación de Familiares de la fosa 21, Pilar Taberner, explica que fue en 2008 cuando las familias, tras un acto en Quart de Poblet (de donde proceden muchas de las víctimas), tomaron verdadera conciencia de que había que buscar al resto de familias y luchar de forma incansable por abrir la fosa. Ocho años después se hizo el primer trámite institucional y se logró al fin la licitación y el apoyo de la Diputación de València. Hoy, 13 años después, han comenzado los trabajos gracias al respaldo de la Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación tras la adjudicación y contratación de la firma Arqueoantro para unos trabajos que se estima durarán dos meses. De hecho, la consellera Rosa Pérez Garijo, presente en el acto, resaltó que los de la Fosa 21 son los "primeros trabajos que realiza la Conselleria de forma directa por primera vez en Paterna", tras pedir "disculpas" a las familias "por haber tardado tanto en devolver la dignidad, no a las víctimas (que jamás la perdieron), sino a nuestro país. Las Administraciones deben pedir disculpas por un retraso injustificado para hacer justicia, memoria y reparación, por eso, de nuevo, mil perdones".

Cuando la secretaria de la Associació de Familiars de la Fossa 21 del Cementeri de Paterna, Inma Bernat, toma la palabra los asistentes se emocionan. Recuerda a su abuelo y cómo reiteró en numerosas cartas el deseo de "que sus restos descansaran con los de su mujer". Por eso, para "cumplir el sueño de los muertos" la asociación ha removido cielo y tierra porque fue deseo "de los asesinos que a nuestros familiares que se los tragara la tierra y que sus seres queridos no tuvieran donde velarlos. Pero la historia silenciada hoy se descubre", explica la mujer. Y los asistentes aplauden emocionados.

El lugar de procedencia de las víctimas es muy variado. De Ontinyent provenían 15 de ellos y otros 12 eran de Bocairent. También murieron asesinadas 9 personas de Quart de Poblet, 9 de València, y 4 de Alfara del Patriarca. Además, entre los fusilados hay víctimas de otras poblaciones valencianas como Alicante, Vila-real, Bugarra, Losa del Obispo, Castelló, Torrent, Calles, Manises, Picassent, Mislata, Benicarló y Paterna. En estos fusilamientos también cayeron hombres de otros lugares de España como Madrid, Cartagena, Jaén, Caravaca de la Cruz (Murcia), Beas de Segura (Jaén), Albacete, San Felices de Ara (Huesca) y Medina de Río Seco (Valladolid). Eran militares, guardias de asalto, guardias civiles, policías, abogados y empleados de banca que se refugiaron en València los últimos meses de la guerra.

Los trabajos de exhumación tienen un coste de 120.165 euros para la indagación e investigación, localización, delimitación, exhumación y estudio antropológico de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. Además de la consellera de Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, Rosa Pérez Garijo, al acto han asistido el director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez, numerosos familiares de víctimas de la fosa 21, autoridades de los municipios de procedencia y representantes de entidades memorialistas para presenciar como los arqueólogos retiraban las lápidas que hasta ahora cubrían el túmulo.

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