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Los afganos esperan la protección negada a los migrantes del Aquarius

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) duda que el Gobierno «niegue el asilo a las personas rescatadas» desde Afganistán y lamenta que en el caso de la embarcación «solo se tuviera en cuenta la nacionalidad»

Un total de 629 migrantes desembarcaron en València a bordo del Aquarius de los que solo 49 tienen hoy protección. G.caballero/f.bustamante

Más de 100.000 personas han abandonado Afganistán desde el fin de semana en que los talibanes se hicieron con el control de Kabul gracias a los procesos de evacuación organizados por diferentes países. A España han llegado más de 2.200 personas y la mitad (más de mil) han solicitado asilo español. Los medios de comunicación alertan ahora de una operación concluida tras informar de vuelos, del perfil de los solicitantes de protección internacional, de cómo funciona el procedimiento, de la «oficina improvisada» que se ha instalado a pie de pista en la base militar de Torrejón de Ardoz, de lo exhaustas que llegan las familias, de las plazas de acogida previstas para ellas... El foco mediático está en Afganistán, en quienes huyen del horror en tierras españolas y en quienes permanecen en ese infierno.

Llegada de personas afganas el pasado jueves a la base militar de Torrejón de Ardoz en busca de asilo en España. EFe

La situación mediática recuerda a la llegada de un barco (el Aquarius) hace tres años al puerto de València, que acaparó portadas y páginas de periódicos impresos y digitales, minutos en informativos, programas especiales en radio y televisión y una atención permanente durante semanas. Luego, los focos se apagaron para alumbrar otras realidades.

Tres años después de la llegada del barco que acaparó portadas en el mundo entero Levante-EMV hizo recuento de cuántos de los migrantes habían conseguido la protección internacional en España. Y los datos son demoledores. En el Aquarius desembarcaron 629 personas, aunque solo la mitad solicitó asilo en España. Ahora bien, de las 374 peticiones de protección internacional, el Gobierno había resuelto este verano (mes de julio) 153, y de ellas había denegado 87. Es decir, de las 374 peticiones solo se ha concedido estatus de refugiado a 49 personas que viajaban en el Aquarius, 1 protección subsidiaria y 16 archivos. Así, de los 153 solicitantes de asilo un total de 103 se han quedado ya en situación irregular, es decir un 67 % de los casos. En 2021, el ministerio ha tramitado 35 expedientes y todos los ha denegado.

Quienes recuerdan el caso mediático del Aquarius ven paralelismos en Afganistán. Levante-EMV pregunta a la Comisión Española de Ayuda al refugiado (CEAR) en la Comunitat Valenciana sobre similitudes y diferencias entre dos realidades de solicitantes de asilo que llevarán el mismo procedimiento aunque se esperan resultados bien diferentes. Y es que, de entrada, desde CEAR aseguran que el conflicto de Afganistán «sí está reconocido por el Gobierno español». «La principal diferencia con el Aquarius radica en que son personas que España saca desde el propio país de origen. En el Aquarius había personas de muchas nacionalidades y se les permitió desembarcar. Ahora hablamos de afganos que llegan a España directos desde Kabul. España es el nexo de unión y desde nuestro país se distribuyen a otros países de la Unión Europea o incluso a Estados Unidos, aunque algunas personas han decidido quedarse en España», explica el director de CEAR en la Comunitat Valenciana, Jaume Durà.

Una red con 10.000 plazas

Así, las personas afganas que deciden solicitar protección internacional en España firman un manifiesto de voluntades y se les distribuye en las plazas de acogida que tiene el Ministerio del Interior por las diferentes comunidades autónomas. Es más, el operativo cuenta con 3.000 plazas libres de las 10.000 que conforman el sistema. «A la Comunitat Valenciana han llegado 37 familias. CEAR acoge, de momento, a dos familias de 9 y 5 personas», explica Durà.

Primera fase de acogida

Según consta en el dispositivo de la operación Antígona-Afganistán del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la derivación a las plazas de acogida corresponde a una primera fase «en la que permanecerán 6 meses, ampliables a 9 si las necesidades de los solicitantes lo requieren». Estas plazas de acogida pueden estar en pisos o en un centro de acogida gestionados por entidades sociales.

Para pasar a una segunda fase de acogida (que incluye la dotación necesaria para vivir de forma independiente con ayudas económicas del Gobierno) «las personas deben tener concedida su solicitud de asilo», explica el protocolo del ministerio.

Desde CEAR aseguran que el ministro Fernando Grande-Marlaska se ha comprometido a «agilizar estos procesos». De hecho, el proceso de asilo se inicia en el hangar de la base aérea de Torrejón de Ardoz ya que, a pie de pista, el Ejército del Aire ha instalado un punto de recepción. Allí, entre los traductores y el personal sanitario se encuentran los policías -funcionarios de la Oficina de Asilo y Refugio y de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional- que, con ordenadores portátiles, esperan que cada refugiado formule su petición para obtener protección internacional en España.

Solicitar asilo en España no significa conseguirlo, ni mucho menos. De hecho, el informe anual de CEAR 2021 asegura que España mantuvo en 2020 «una tasa de reconocimiento de la protección internacional del 5%, muy alejada de la media comunitaria (33%) y una de las más exiguas de toda la UE». Ahora bien, desde CEAR creen que las solicitudes de asilo de las personas involucradas en este proceso se resolverán de forma positiva. «Dudo mucho que el ministerio niegue el asilo a las personas involucradas en este proceso», afirma Durà.

Y añade: «lo que ya no sabemos es si se les concederá protección subsidiaria, estatuto del refugiado... La principal diferencia con el Aquarius es que fueron caso por caso, teniendo encuentra su lugar de origen sin valorar que la gran mayoría habían pasado por el infierno de Libia».

Y es que el informe del 2020 de CEAR sí reconoce la nacionalidad de Libia como una de las que mayores tasa de reconocimiento tiene (un 85,4%), al igual que Afganistán (un 74%). «Si desde el Gobierno español ya se estaba concediendo protección a quienes provenían de Afganistán es muy poco probable que ahora lo denieguen a quienes ellos mismos han traído en avión. No pasará como en el Aquarius, aunque el Gobierno ofrecieran un puerto español para que desembarcaran. Y hay que recordar que el 90% de los refugiados afganos están en Pakistán y en Irán», concluyen desde la entidad social.

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