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La Policía no ve indicios de infracción en los actos de la escuela taurina en Chelva

La conselleria defiende que se cumplió el reglamento de 1996 que permite participar a partir de los 14 años con autorización

Plaza de toros de Chelva, durante el acto denunciado.

La Conselleria de Justicia defiende que la Escuela Taurina de València no cometió ninguna infracción que conlleve sanción en el acto realizado en la plaza de toros de Chelva que ha sido denunciado por el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma), que considera que sí se ha vulnerado la ley valenciana de infancia.

Así lo explican fuentes de la conselleria, que afirman que la Policía Autonómica se personó en la plaza de toros de Chelva, donde «comprobó que no había motivos de incumplimiento para sancionar» los actos taurinos de la escuela dependiente de la Diputación de València.

En concreto, Justicia asegura que se cumplía toda la normativa recogida en el Real Decreto estatal que regula las escuelas taurinas y sus actividades (RD 145/ 1996, de 2 de febrero), que apunta que «los alumnos que participen en tales prácticas deberán haber cumplido los catorce años de edad». Esto se aplica, según detalla el texto, a «lecciones prácticas con reses de lidia» y, según la conselleria, también en esta ocasión. Asimismo, consta que la escuela deberá contar con «la autorización paterna para los alumnos menores de edad no emancipados».

La conselleria se ciñe a este reglamento para asegurar que se cumplió con la normativa y, además, explica que no había menores de 16 años presentes en el acto denunciado por Pacma, si bien en las fotografías que ha podido observar Levante-EMV se ven claramente niños y niñas de muy corta edad en las gradas y el ruedo, algunos con una oreja y la cola de un animal que se toreó.

Además, en Justicia aseguran no tener constancia todavía de ninguna denuncia, a la espera que llegue la notificación y el escrito que desde la Conselleria de Igualdad afirman haber remitido.

Como publicó este periódico, Pacma pidió a Igualdad —con competencias en Infancia— que interviniera para evitar estos actos taurinos con la participación de niños y adolescentes, así como su presencia entre el público. El partido animalista recuerda que la ley de infancia valenciana de 2018 incluye que «las personas menores de edad no podrán participar ni asistir a competiciones deportivas ni espectáculos cuyo reglamento contemple la producción de daños físicos o psíquicos sobre personas o animales». Así, creen que ahí entra la tauromaquia, si bien Justicia siempre remite al decreto y no menciona la ley e Igualdad insiste en que no tienen capacidad sancionadora, lo que es competencia de Justicia.

Vicente Cabedo, director de la Cátedra de Infancia y Adolescencia de la Universitat Politècnica de València (UPV), participó en la redacción del anteproyecto de ley de la infancia valenciana y considera que el texto —de rango superior al Real Decreto, pues es una ley— sí se aplica a la tauromaquia. «El artículo es genérico pero sí se puede interpretar que una corrida entra en esa concepción», apunta.

Prevenir los «efectos nocivos»

Asimismo, recuerda que aunque la ley de infancia estatal no hace mención a esta cuestión, el Comité de Derechos del Niño ya ha pegado un tirón de orejas a España sobre esta cuestión.

En el último informe emitido (2018) tras los análisis periódicos de los derechos de la infancia en España, se incluye un punto específico sobre tauromaquia en el que el organismo internacional considera que «para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado prohiba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia».

Además, se ha pronunciado en varias ocasiones en este sentido, como en 2019 en el caso de Portugal, donde menciona a las escuelas taurinas y pide que no se pueda participar con menos de 18 años «sin excepciones», y que se conciencie «sobre los efectos negativos en los niños y niñas, incluido como espectadores, sobre la violencia asociada a los toros».

«Este es el máximo órgano internacional que interpreta los derechos de los niños y, aunque son recomendaciones y no obligaciones, España sí ha firmado el convenio y tiene la obligación moral de cumplir. La tauromaquia no es ni formativa ni educa en valores», resume Cabedo.

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