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Un verano de episodios extremos

Aemet asegura que los fenómenos meteorológicos de mucho calor y tormentas virulentas «han sido especialmente significativos» los últimos tres meses y confirman el cambio climático

La potencia de la tormenta sacó a la luz los cimientos de esta casa en Vinaròs. | EFE/QUIQUE GARCÍA

El valenciano es un pueblo acostumbrado a los fenómenos extremos, desde ponentàs asfixiantes hasta temporales de órdago, la gotas fría de toda la vida, hoy conocida como depresión aislada en niveles altos (DANA). Pero no por ser habituales dejan de sorprender cada vez a la población. Lo cierto es que la ciudadanía tiene motivos para estar intranquila, pues los fenómenos meteorológicos extraordinarios son cada vez más violentos y más frecuentes. Un escenario que es «coherente con las teorías del cambio climático», advierte José Ángel Núñez, jefe de climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la C. Valenciana.

«Este verano hemos tenido de todo. La verdad es que casi todos los veranos suele haber fenómenos violentos relacionados con las tormentas o con el calor, pero este año ha sido especialmente significativo y con algunos fenómenos que son extremos de la serie», explica el meteorólogo de Aemet que, sin embargo reconoce que en la calle «se tiene la sensación de que todos los veranos hay olas de calor, tornados, grandes granizadas, etc», pero en cambio no es tan consciente de que, en realidad los efectos del cambio climático son más que perceptibles.

«Un incremento de la temperatura implica fenómenos más extremos de calor y con temperaturas nunca antes registradas», analiza Núñez. Y en cuanto a las lluvias, «lo que estamos viendo, avalado por varios estudios, es una mayor intensidad de los fenómenos en el litoral Mediterráneo y de mayor frecuencia, y además se producen entre periodos más secos», explica el experto.

«Está cambiando la forma de llover, es más torrencial, las tormentas son cada vez más cercanas a la costa, lo que está produciendo que se reduzca la precipitación en el interior y que aumenta en el litoral, precisamente por la torrencialidad de los episodios», señala José Ángel Núñez, pero insiste en que «no son fenómenos nuevos», pero se constata que sí son más intensos y frecuentes.

Ocho semanas intensas

Núñez radiografía los episodios violentos de este verano que, a parte de las lluvias de los últimos días, «han afectado especialmente a la provincia de Castelló». «El día 7 de julio hubo un tornado en Vilafranca que provocó destrozos en el pueblo; el día 31 de julio hubo una tremenda granizada que afectó a Vila-real y Castelló, con piedras de tamaño que casi llegaron al de una pelota de tenis; luego las rissagas que se produjeron el día 11 de agosto, que provocaron destrozos en embarcaciones y mobiliario urbano del puerto de Santa Pola», relata el meteorólogo responsable de Aemet en València.

El jefe del centro territorial de Aemet hace especial hincapié en la ola de calor de los días 12 al 15 de agosto. «El día 15 de agosto fue el más cálido en la Comunitat Valenciana en promedio y en temperaturas diurnas desde al menos 1950. El día 15 de agosto se produjeron además tormentas secas, que tuvieron varias consecuencias. La primera es que los rayos de la tormenta fueron la causa del incendio de Azuébar y luego provocaron varios reventones térmicos.

El de madrugada en Castelló elevó la temperatura hasta 42º a las dos de la madrugada, y los de la tarde en La Safor provocaron fuertes rachas de viento y temperaturas históricas como los 43.7 ºC de la playa de Oliva», reseña el experto.

Sin descanso

Y para rematar el verano, también recuerda las lluvias torrenciales de finales de la semana pasada y principios de esta: «El domingo en Benicàssim cayeron 155 l/m2 y el lunes se trasladó al Port de Sagunt, para finalizar con el temporal del miércoles».

De las últimas lluvias, Núñez explica que hay «poco que contar», en el sentido de que es un temporal de lluvias generalizado, «con mucha intensidad y registros de más 100 mm en zonas del Camp de Túria y algunos fenómenos violentos como rachas fuertes de viento y muchos rayos», que también afectaron de manera muy virulenta a la zona de Vinaròs y Benicarló y sur de Cataluña.

Una ola de calor, cinco temporales y un incendio en dos meses

El recuento de episodios extremos este verano en la Comunitat Valenciana asusta. En total hasta seis fenómenos violentos se han contabilizado en apenas dos meses, de los que cinco han sido temporales y una ola de calor histórica que entre sus consecuencias provocó el incendio de Azuébar, afectando al parque natural de la Serra d’Espadà. Ha habido tornados, rissagas, inundaciones, tormentas secas, granizadas y temperaturas de récord y varias zonas catastróficas. Un balance preocupante.

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