Son varios mis artículos dedicados a los incendios forestales pero, ¿qué puedo decir? No es de recibo que ardan los montes y tantos y tantos sitios por culpa de la mano del hombre. Los incendios traen desgracias humanas, pérdida de especies animales y plantas, difíciles de recuperar. Es un deber proteger los montes desde todos los Gobiernos y aumentar las penas por provocar los incendios forestales. El 2021 se acaba de situar como el tercer año con mayor número de incendios forestales en la última década. Los grandes incendios registrados en nuestro país dirigen las miradas hacia una de las posibles soluciones más llamativas. Se trata de los ‘paisajes mosaico’, ¿suena bien, no? Hace algunas semanas en varios medios sociales salió la noticia de que hay un nuevo programa que busca convertir los territorios potencialmente inflamables en masas forestales vivas, para así también sacar rendimiento a la ganadería. Parece que ganaríamos todos. Esta noticia, nos viene como ‘anillo al dedo’, ya que muchas partes salen beneficiadas. Sacándole rendimiento ganadero a las tierras se evitarían un gran número de incendios forestales, se reduciría la cantidad de metros y hectáreas calcinadas. En definitiva, se cambiaría el pastoreo por la maquinaria. Con esto se busca impedir la formación de masas ingentes y uniformes de una especie de árbol que ocupe miles de hectáreas, como ocurre en el Mediterráneo con el pino carrasco (Pinus halepensis). El abandono rural es uno de los principales problemas en la cuenca mediterránea. Antiguamente con las actividades agrarias y forestales, se fueron formando diversos paisajes que alternaban zonas de bosques y montes densos con amplias áreas cultivadas y pastoreadas. De esta manera se rompía la continuidad de la vegetación. Justamente a lo que se pretende volver. Por desgracia, en los últimos años estos paisajes se han ido abandonando y degradando, ya que las prácticas tradicionales que lo sostenían ni resultan rentables ni encuentran un hueco en las políticas agrarias actuales. La pérdida de las actividades tradicionales impide el buen funcionamiento que pueda tener este tipo de iniciativas. El despoblamiento rural y el declive de las labores agrarias tradicionales han ayudado a que el monte y los bosques crezcan de manera descontrolada e irregular, ayudando a que una vez iniciado el fuego, su propagación sea mucho más rápida. ¿Será mejor volver a lo de antes?