Con la noche de la «cremà», València no solo cerró un atípico septiembre fallero sino todo un ciclo de restricciones aplicadas para contener la «ola joven» de este verano gracias a la mejoría de los datos de incidencia de la pandemia de coronavirus y al avance generalizado de la inmunización. Así, el domingo fue la última noche de toque de queda en los 68 municipios de la Comunitat Valenciana en los que aún estaba en vigor la medida —los que peor situación sanitaria tenían— y también el principio del fin de la travesía en el desierto en la que han estado viviendo los empresarios del ocio nocturno que ya a partir de la medianoche de ayer, van a poner reabrir de madrugada, aunque cerrando media hora antes de lo habitual.

Estas fueron las dos principales medidas anunciadas ayer por el president de la Generalitat, Ximo Puig, y la consellera de Sanidad, Ana Barceló, como parte de esa «desescalada prudente, segura y gradual» que ha de durar hasta la festividad del 9 d’Octubre y que, si nada falla, debe conducir a las tres provincias a la «normalidad mejorada» tras dejar atrás totalmente la quinta ola.

Según Puig, la situación ha mejorado lo suficiente —se estaba en nivel de riesgo extremo y ahora se está en nivel medio— y en estos dos meses se ha pasado de tener a dos millones de valencianos vacunados a tener a 3,6 millones. Gracias a esto, y aunque se ha estado dudando sobre el toque de queda en 14 de los 68 municipios que aún lo tenían por su alta incidencia, no se ha vuelto a pedir esta medida, ni la de prohibir reuniones de más de 10 personas y se abre la mano también en aforos de eventos masivos y en los deportivos.

La ciudadanía va a notar la apertura que traen estas medidas pero hay que tener en cuenta que están «a prueba». Tal como ya avanzó la semana pasada Puig, la desescalada se iba a hacer poco a poco y durante todo el mes, por lo que las medidas anunciadas ayer estarán en vigor durante tres semanas: desde la medianoche de ayer hasta la medianoche del 27 al 28 de septiembre.

Y ahí se hará un nuevo examen a la situación epidemiológica de la Comunitat Valenciana: si todo sigue el curso que ahora lleva — y se mantiene esta mejoría «decisiva» — se seguirá abriendo la mano en otros sectores que siguen con restricciones de aforos y horarios. Sin embargo, si hay un «punto de inflexión» en esta mejoría, según reconoció Puig, se podría dar marcha atrás.

Vuelta al cole y al trabajo

Porque de aquí al día 27 de septiembre deberían de dar la cara las posibles consecuencias de permitir la celebración de las Fallas, y de los contagios que se pudieran haber generado. Puig, sin embargo, metió en el saco muchos otros más condicionantes a tener en cuenta de aquí al día 27 como responsables de un posible repunte como la vuelta a la normalidad con el inicio del curso escolar y universitario y la mayor utilización del transporte público, por ejemplo.

Teniendo todo esto en cuenta, el 27 de septiembre la comisión interdepartamental se volverá a reunir y se decidirá qué camino tomar y si se pueden seguir reabriendo espacios, ya que la nueva resolución que ayer publicó el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana introducía estos cambios pero mantiene intactos la reducción de aforos en espacios como museos, tiendas, academias, hoteles o velatorios. De hecho, la hostelería tendrá que seguir cerrando a las 00.30 y solo verá algo de alivio en poder sentar a la mesa a ocho comensales en el interior en vez de a seis y de que estos podrán levantarse a recoger sus consumiciones a la barra, pero poco más.

La norma solo incluía, así, la reapertura del ocio nocturno aunque con restricciones (aforo a la mitad en interiores, todos en mesa, sin baile y cierre a las 3 de la mañana) y el aumento de aforos máximos en competiciones deportivas oficiales como la Liga de Fútbol masculina y femenina, la ACB y la Endesa femenina de Baloncesto, así como en eventos multitudinarios donde se aumentan un poco las ratios, sobre todo si el público puede estar por sectores. Si los eventos son en interior hay un aforo máximo del 50 % con un máximo de 1.500 personas, 2.000 si están separados en dos sectores. Al aire libre el aforo es del 75 % con un máximo de 3.000 personas, 5.000 si se agrupan en cinco sectores diferentes.

Cuidado con la delta

La decisión de ir poco a poco viene avalada por el examen de situación que ha hecho la Subdirección General de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública, que concluye que la evolución es favorable y se ha consolidado la tendencia «descendente» pero hay que seguir poniendo presión con medidas que ya han resultado efectivas en los sectores que más peso tienen en generar nuevos contagios: los de mayor interacción social como las actividades en locales de ocio y las celebraciones privadas. Ambos espacios «tienen un peso importante en la transmisión del virus aumentando la probabilidad de contagio», cuestión a tener en cuenta ya que aunque se esté en riesgo medio hay que evitar el «resurgimiento» del virus, sobre todo teniendo en cuenta el predominio de la variante delta.

Así, los expertos recuerdan que la buena evolución permite una «cierta desescalada» pero con prudencia y manteniendo medidas hasta finales de septiembre «para que haya avanzado lo suficiente la vacunación en la población joven» y porque, tal como apuntó también Puig, septiembre son fechas de cambio de dinámicas: «se incrementa la movilidad y la interacción social» por la vuelta al trabajo y el inicio del curso académico.