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La covid no empaña la vuelta a clase

Las familias muestran más confianza que en septiembre pasado pero no olvidan las instrucciones

Alumnado de Primaria del CEIP Les Arts, a punto de descubrir cómo es el nuevo centro. | FRANCISCO CALABUIG

La imagen podría ser la habitual a las puertas de un colegio, pero las mascarillas estampadas y coloridas, los padres y madres esperando en la calle y la cartelería anticovid recuerdan que ha empezado el tercer curso marcado por la pandemia, el segundo de forma presencial.

Una profesora toma la temperatura a una alumna. | FRANCISCO CALABUIG

El 2021-22 se inició ayer y progresivamente y de forma escalonada volverán a las aulas 787.565 alumnos en los colegios e institutos valencianos. Las instrucciones son conocidas: mascarilla a partir de 1º de Primaria, grupos burbuja en las escuelas, y 1,2 m de distancia y presencialidad al 100 % de la ESO en adelante.

Una clase de Primaria atiende la explicación de la maestra, ayer en València. | FRANCISCO CALABUIG

El CEIP Les Arts de València es uno de los cuatro colegios de nueva construcción que en septiembre abren sus puertas: ayer lo hicieron este y el CEIP Maestro Aparicio de Anna, y los próximos días la sección del IES Clot del Moro de Algímia d’Alfara y el instituto-escuela Francesc Carròs de la Font d’en Carròs.

Ana Belén, una de las madres de Les Arts, explicaba que los niños habían madrugado «muy contentos y con muchas ganas por ver el colegio nuevo», en lo que coincidía Fani Conde, miembro del AMPA, que compartía la ilusión junto a su hijo Nicolás. El niño reconocía que llegaba «con ganas de disfrutar del nuevo cole con los amigos... y también de aprender», apostillaba.

Y es que, como recordaba Begoña Sebastián, otra madre, el colegio antiguo —a unos metros de la nueva ubicación— «tenía humedades y estaba apuntalado».

En relación con la pandemia, Inma Mercé espera un curso «más tranquilo que el pasado», igual que Hazel Sabri, oaunque esta madre pide no bajar la guardia: «hay que ir con cuidado y yo se lo digo a él», afirma en referencia a su hijo, que pasa a 1º: «debe llevar la mascarilla y mantener la higiene de manos con el gel». Y bien lo saben alumnos como Rafa, de 3º de Primaria, que reconoce que la mascarilla —que ya llevaron el curso pasado—, «es un poco rollo, pero hay que hacerlo. También ponerse gel y seguir las normas», dicta.

Para Ana Belén Aránega también «daba más miedo» el septiembre pasado. No obstante, recuerda que finalmente «los positivos en el colegio fueron contados y se mantuvo bastante bien para como estaba el tema...», una opinión que comparten la mayoría de madres y padres entrevistados por este periódico. No obstante, otros como Fernando Giménez aún reconocen tener cierto «temor» y confían en el buen hacer de los docentes.

Por otro lado, familias como la de Tatiana González han percibido el impacto psicológico de la pandemia en los más pequeños, una cuestión que la Conselleria de Educación ha marcado como prioritaria para trabajar en las aulas. «El año pasado mi pequeño lloraba por no poder juntarse con otros compañeros, me decía que no le gustaba ir al cole, pero ellos mismos han ido adaptándose... Nos estamos acostumbrando a vivir con la covid-19», reconoce la madre. Así, en el centro mantienen la precaución, pero la atención ayer no se la llevaba la pandemia, sino el nuevo colegio, que centraba todas las miradas ante una gran expectación. Antes de pisarlo, Rafa se lo imaginaba «como del futuro», además de muy grande, y no iba del todo mal encaminado.

Un colegio amplio y luminoso

En este CEIP de doble línea — construido por Licampa con una inversión de ocho millones de euros y levantado en tiempo récord—, estudian cerca de 250 alumnos que aprenden en grupos internivel, con escolares de diferentes edades. Las nuevas instalaciones son muy amplias, con mucho espacio en el exterior y también en el interior, de tonos blancos y turquesas y con grandes ventanales que aportan mucha luminosidad y crean una «escuela abierta», con comedor, salon de actos y áreas para hacer teatro o radio.

La directora, Begoña Aparicio, afirma que inician el 2021-22 «con toda la ilusión» de estrenar el nuevo centro; y cree que las familias «ya están más tranquilas y tienen más confianza» en referencia a la pandemia. Además, destaca que los claustros «han hecho un trabajo muy importante».

«El curso pasado fue un éxito y este año seguimos con la nueva normalidad y garantizando el derecho a la educación y la protección a la infancia. Hemos aprendido de la experiencia y el alumnado nos ha dado una lección, ellos son los protagonistas», apunta. Entre los cambios positivos que ha traído la covid-19, Aparicio destaca el uso de los patios como espacios educativos.

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