La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital La Fe de València vivió en julio la inesperada alegría del nacimiento de un bebé sano, Samir. A su madre Rita, una gestante en estado grave por covid-19, se le tuvo que practicar una cesárea de urgencia a la semana 31 del embarazo tras empeorar de forma brusca y estar en peligro tanto ella como el niño si se seguía adelante con la gestación.

La mujer, de 32 años, ingresó en la UCI por covid cuando estaba de 28 semanas «y en poco tiempo ya la tuvimos que intubar», explica Paula Ramírez, médico adjunta de la UCI de La Fe. Pese a estar intubada y sedada, se decidió seguir adelante con el embarazo «porque no comprometía su vida ni la del bebé» hasta que la situación se complicó más «y empeoró de forma brusca», según la intensivista que atendió a la madre junto a la residente Cristina Maya. «Aunque había un seguimiento ginecológico, llegó un momento en el que necesitábamos que finalizara el embarazo porque el volumen de la gestación condicionaba la forma de respirar de la madre» y había tratamientos que no se le podían aplicar, señala Ramírez.

Una cesárea de urgencia

El empeoramiento del estado de la mujer llevó al equipo médico a decidir practicarle una cesárea de urgencia en la misma UCI en la que estaba ingresada, ya que en su traslado a paritorio «había riesgo de que falleciera por el camino o por la manipulación», explica la especialista. Era la primera vez que se tenía que abordar una cesárea en la misma UCI ya que, aunque otra paciente covid grave de las ocho que ha atendido la UCI de La Fe dio a luz mientras estaba ingresada, «ella sí que pudo ser trasladada al paritorio y reingresar en la UCI, pero con Rita no podíamos», explica la doctora Ramírez.

Así, el pasado 26 de julio, el equipo de Pediatría y el de la UCI organizaron un paritorio y una unidad de neonatos a pie de cama y se le practicó a la mujer una cesárea de urgencia en la que el bebé nació «sin ninguna complicación», recuerda la médico. Al pequeño —que nació libre de covid— se le trasladó sin embargo a la UCI neonatal ya que llegó al mundo de forma prematura con 31 semanas de vida. Con su mujer en la UCI luchando por su vida, fue el padre de Samir quien tuvo que decidir el nombre del pequeño «y lo hizo con ayuda de su abuela, que estaba en la India», explica la doctora.

Con la cesárea ya realizada, el equipo de intensivistas fue capaz de tratar a Rita de otra manera para intentar salvar su vida «como ponerla boca abajo, decúbito prono, una postura que ha salvado muchas vidas en esta pandemia». A partir de ahí, la madre empezó a evolucionar bien y, tras pasar «mes y medio en la UCI pudo pasar a planta donde se recuperó muy bien», añade Paula Ramírez.

La madre del pequeño recibió el alta hospitalaria hace unas semanas y este pasado martes visitó, junto a su familia, al equipo médico que la atendió durante su estancia en el hospital para agradecer sus atenciones. «Volver a reunir a la familia y ver que están todos bien y recuperados es lo que nos da fuerzas para seguir», asegura Ramírez.

"Tienen que vacunarse"

Ninguna de las ocho embarazadas que han pasado por la UCI de La Fe por covid estaban vacunadas porque no habían llegado a la edad según la planificación de la vacunación. La intensivista insiste en la necesidad de que las mujeres gestantes se vacunen: «Hay datos que indican que es seguro durante el embarazo y es mucho más arriesgado coger la covid sin estar vacunado. Tienen que vacunarse porque, si no lo hacen, están poniendo en riesgo dos vidas», concluye la médico de la UCI.