En la asociación para la lucha contra las enfermedades renales, Alcer, la noticia de quiénes engloban este primer grupo de elegidos para recibir la tercera dosis ha llegado con sabor agridulce: en positivo por integrar a los trasplantados de riñón pero a la expectativa de saber qué pasa a los enfermos en diálisis, que han quedado fuera. «Creemos que debían estar también porque tienen riesgo pero si se ha decidido incluir solo a los inmunodeprimidos severos habrá que esperar», apunta Pedro Calero, vocal de Alcer Valencia. El grupo de pacientes con problemas renales que están en diálisis había sido propuesto por la Federación de asociaciones científico médicas, Facme, para formar parte de esta primera tanda de terceras dosis ya que su porcentaje de respuesta serológica a la vacuna es mayor que en trasplantados, pero «menor intensidad» respecto a la población general