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"Estamos al filo de cubrir los gastos"

El sector del ocio nocturno lamenta que las restricciones apenas les permiten hacer caja pese al fin del toque de queda

"Estamos al filo de cubrir los gastos"

El sector del ocio nocturno valenciano hace un balance negativo del primer fin de semana sin toque de queda por las numerosas restricciones que complican su negocio. Los empresarios alertan de la competencia desleal del botellón que «va a más» en zonas de la capital del Túria como la plaza del Cedro o la playa de la Malva-rosa «ante la pasividad de la Administración». Las discotecas lamentan que sufren las restricciones más altas de toda Europa y coinciden con los pubs en que la prohibición de utilizar las pistas de baile «es como permitir el fútbol sin dejar que se juegue con la pelota». Con las limitaciones actuales de horarios y aforos advierten: «Estamos al filo de cubrir gastos».

El fin del toque de queda ha dado algo de aire al sector del ocio nocturno, que sigue con limitaciones como la reducción del 50 % del aforo en el interior, el cierre a las 3 de la madrugada, la prohibición de servir consumiciones a partir de las 2.30 horas y la prohibición del uso de las pistas de baile. Víctor Pérez, presidente de la Federación de Ocio y Turismo (Fotur) de la Comunitat Valenciana, insiste en que «es un cierre encubierto. Es como jugar un partido de fútbol sin balón. Mientras, vemos cómo crece el botellón, que es el mayor enemigo del sector. En el resto de España y en Europa están abiertas las pistas de baile. No tiene sentido lo que ocurre aquí».

Teresa Timoteo, dueña del pub Carajillo en la plaza Xúquer, asegura que el fin de semana «ha sido flojo» y lamenta que con las restricciones actuales no le compensa tener abierto solo el interior de su local.

El presidente de la Asociación Provincial de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas (Aediva) y responsable de la discoteca Deseo 54, Kike Sacristán, afirma que en la práctica en su negocio solo funcionan con el 33 % del aforo por la obligación de mantener la distancia de seguridad entre mesas. «El viernes no cubrimos gastos. El sábado sí, pero esta situación es una pena. La Administración debería tener en cuenta que nosotros somos parte de la solución del problema del botellón. En nuestros locales se cumplen a rajatabla las medidas anticovid», advierte Sacristán.

Los representantes del sector insisten en que económicamente las empresas están muy tocadas y muchas subsisten, según Víctor Pérez, «por la ayuda familiar y los créditos». Juan Velasco, dueño del pub The Muse en la calle Ruaya de València, ha reabierto su local este fin de semana tras 18 meses de cierre. «La situación es muy triste. Mi local está muy enfocado a la noche y no puedo meter servicio de comida. El resultado económico del fin de semana ha sido muy limitado por las restricciones de aforo, pero necesitaba abrir. Da pena ver así al ocio nocturno porque la gente necesita divertirse», lamenta. 

El gerente del pub Corona 15 (situado en la calle Corona de El Cabanyal) coincide con el resto de empresarios en que «con las actuales restricciones es imposible que el ocio nocturno vaya bien». «A mi local solo pueden acceder 48 personas. Se te cae el alma al suelo cuando ves en la puerta a cien personas a las que no puedes dejar entrar», confiesa. 

Hartos del desmadre nocturno y el ruido

La Asociación de vecinos Ciudad Jardín reclamó ayer al Ayuntamiento de València que reaccione ante el desmadre nocturno en la plaza del Cedro y sus calles adyacentes por el botellón y el ocio nocturno. El colectivo lamenta que el Ayuntamiento de Valencia incurra en «dejación de funciones ante el incumplimiento de la ocupación de suelo público.Los vecinos estamos sometidos a una tortura todas las noches y la situación se agrava de jueves a domingo». La asociación que preside ConsueloFrigols considera que el «caos» se ha producido por «la concesión ilimitada de licencias, la masificación de los locales de hostelería y terrazas» y el descontrol del botellón.

«Los espacios públicos son responsabilidad del Ayuntamiento de València, que está secuestrado por el lobby de la hostelería y el ocio, y es incapaz de reaccionar ante las reclamaciones de los vecinos. Comunicamos continuamente estos hechos y la respuesta es que tratemos de ser tolerantes y pactemos con la hostelería ¿Cuántas horas de nuestro sueño hemos de entregar para que la hostelería siga forrándose?», apunta la asociación. El colectivo lamenta la venta de «alcohol barato» que impulsa el botellón.

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