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El último baño del verano sin la vigilancia desde la silla alta

El servicio de socorrismo desaparece de varias playas pese a que todavía quedan bañistas

Playa de Valencia

A las puertas del otoño (que arranca el próximo miércoles) el calor no afloja, y los próximos días las temperaturas, aunque más suaves, seguirán oscilando entre los 24 y los 29 grados en las principales ciudades de la Comunitat Valenciana. El buen tiempo (aunque también la alta probabilidad de tormentas) seguirá acompañando los últimos días del verano e incluso prologándose más allá del fin de la estación fruto del cambio climático lo que continúa animando a muchos valencianos a probar un último chapuzón antes de enfundarse las mangas largas.

El último baño del verano sin la vigilancia desde la silla alta

Sin embargo, muchos de estos baños en el mar serán sin la vigilancia desde lo alto de la figura del socorrista. El 15 de septiembre aparecía en el calendario como el nuevo 31 de agosto con el que dar por finiquitada la temporada de playas. Esta es la fecha en la que muchas de las playas de la Comunitat Valenciana ya no disponen ni de la vigilancia policial ni los servicios de socorrismo que se disfrutan, por ejemplo en agosto. También muchos otros servicios complementarios, como el alquiler de hamacas o sombrillas, han dejado de prestarse en gran parte del litoral.

Desde entidades como Cruz Roja que han estado presentes en casi una cincuentena de playas este verano con más de 270 profesionales entre socorristas acuáticos, personal sanitario, conductores y patrones recuerdan que la responsabilidad de contratar los servicios de socorrismo y salvamento es de los ayuntamientos por lo que es cada uno el que decide. «Estamos abiertos a estar donde se nos diga porque no son convenios estancos, pero depende de cada ayuntamiento», expresaron desde la organización social que añaden que a veces hay «cambios de última hora ante la llegada de puentes o mejoría del clima».

Esto deja divergencias según el límite municipal en el que se chafe la arena. Por ejemplo, en València la mayoría de las playas de la ciudad cerraron su temporada oficial el pasado 15 de septiembre, fecha en que también se han reducido las patrullas playeras, y han desaparecido los vigilantes, socorristas y postas sanitarias.

Otros municipios, con mayor dependencia del turismo, han decidido prolongar lo máximo posible la temporada estival. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Gandia decidió a finales de agosto hacer «un sobresfuerzo» para mantener las actividades en la arena con el objetivo «de dar a nuestros visitantes nuevos motivos para que alargan las sus vacaciones en nuestra ciudad». Entre estas, está el servicio de salvamento cuyo convenio se alargó hasta el 1 de noviembre para cubrir los puentes de octubre cuando todavía quedan bañistas.

Cambio a mitad de playa

En el caso de Alicante esa diferencia ocurre hasta dentro del propio término municipal e incluso sin necesidad de abandonar la arena. La mitad de la playa de San Juan, la más extensa de la localidad, se ha quedado sin vigilancia desde el día 15 y solo controlan la zona del arenal más próxima a El Campello, mientras que la otra parte, la cercana al Cabo de la Huerta, no cuenta con ningún tipo de control desde el pasado jueves, informa C. Pasual.

El motivo es que así lo estipula el contrato de servicios que renovó el ayuntamiento dirigido por PP y Ciudadanos en el que ha decidido ampliar los días de vigilancia respecto a 2020, pero sin mejorar los espacios controlados por los socorristas lo que hace que la mitad de San Juan esté sin control en esta recta final de la temporada de baño, al igual que playas como Urbanova, Albufereta o Tabarca.

Según el Patronato Municipal de Turismo, esta prolongación, por primera vez, del contrato del servicio de salvamento y socorrismo hasta el puente de octubre se hace en las zonas «de mayor afluencia de público». Esta vigilancia se finalizará tras el puente de octubre y no se retomará hasta Semana Santa.

Mucho antes, el 31 de agosto, terminó el programa Estiu segur de la Generalitat, en el que se contrató de 1.000 jóvenes menores de 30 años para velar en 71 municipios por el cumplimiento de las medidas frente al coronavirus, pero también para informar a los visitantes sobre las diferentes opciones turísticas. Además, tenían otro objetivo importante: coordinarse con los profesionales de salvamento marítimo para evitar ahogamientos.

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