En unos sesenta años, la cota de inundación podría llegar hasta los tres metros y medio en zonas como Dénia, Xàbia, Calp y Castelló. Las playas abiertas y de arena fina de València y Castelló, mientras, sufrirían retrocesos de hasta cien metros. Situación esta última que afectará menos en el litoral alicantino.

Más de 26.000 hectáreas de cultivo, especialmente de cítricos y huerta, se verían también arrasadas en el peor de los escenarios de emisiones de carbono. «Nuestra actuación individual y colectiva hará que lleguemos o no a esas situaciones que en algunos casos son catastróficas», advertía ayer Mireia Mollà.

La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica hacía la reflexión en la presentación de un visor web donde se muestran los devastadores efectos del cambio climático entre 2050 y 2100. La herramienta, desarrollada por el Instituto Cartográfico Valenciano, anticipa en imágenes cómo incidirá en todo el litoral el progresivo calentamiento del Mediterráneo. «El tiempo corre en nuestra contra», remarcaba Mollà, para reclamar el «abandono de proyectos que suponen un riesgo considerable», en referencia a la ampliación del puerto.

Con unos 470 kilómetros de litoral y sesenta municipios costeros que aglutinan al 52 % de la población, la Comunitat Valenciana está abocada a sufrir con «mayor virulencia» los estragos del aumento de la temperatura de la superficie marina. Playas como la de El Saler o Pinedo ya presentan un retroceso de entre 30 y 60 metros en tres décadas.

Como insistía Paula Tuzón, secretaria autonómica de Emergencia Climática, los datos científicos avalados por el grupo de expertos de Naciones Unidas deberían servir «para ver qué debemos retirar o cambiar en primera línea». En el mismo tono se expresaba Celsa Monrós, directora general de Cambio Climático, para recordar que fenómenos como los temporales cada vez más extremos agravarán la situación en puntos como l’Albufera. Los daños se extenderán a zonas de protección de la biodiversidad, vías de transporte, industrias o turismo.

Ayuntamientos valientes

«No hay soluciones singulares y únicas. Tenemos un territorio con un nivel de gobernanza complejo que debe ayudar a las administraciones a activar fórmulas de protección, acomodación o incluso retirada de proyectos constructivos y herramientas como esta nos ayudan a tomar decisiones», comentaba Monrós. Mollà insistía en esa idea e invitaba a los ayuntamientos, responsables de la planificación local, a tomar «medidas valientes y estratégicas». Pero también interpelaba al Gobierno, con las competencias de costa.

En un aparte, Mollà volvió a reiterar la necesidad de una nueva declaración de impacto ambiental para la ampliación del puerto. «No creerán que va a ser la única infraestructura del mundo que se quede al margen del impacto del cambio climático», lanzaba, para cuestionar la respuesta parlamentaria del ejecutivo en la que señalaba como prioritaria y estratégica la construcción de la terminal de contenedores.