Faltas unas horas para que, según las previsiones del servicio de vigilancia atmosférica de la UE Copérnicus, la nube de azufre del volcán de La Palma llegue a la península y a la Comunitat Valenciana. La erupción volcánica que desde el pasado domingo está arrojando toneladas de roca fundida y gases en Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, ha hecho saltar todas las alarmas no solo en la isla o el archipiélago sino también en la península.

Además de la devastación que están dejando a su paso los ríos de lava engulléndose centenares de casas y sepultando campos de cultivo, propiedades, carreteras y barrios enteros, la erupción de La Palma entraña otros riesgos. Junto con la lava, el volcán no cesa de emitir a la atmósfera toneladas la diminuta ceniza y gases tóxicos, como el dióxido de azufre. Por el momento, ya se ha restringido el tráfico aéreo en la isla por riesgos de que las partículas de ceniza dañen los motores de los aviones.

Trayectoria prevista de la nubes sobre la península para las próximas horas

¿De dónde proviene el dióxido de azufre?

Del magma. La roca fundida del subsuelo produce gas y, en parte, estos gases son los responsables también de que las erupciones sean más o menos violentas o explosivas. Durante una erupción volcánica, los volcanes expulsan elementos líquidos, como la lava, sólidos, como los piroclastos o fragmentos de roca incandescente, y también gaseosos. La fuerza explosiva de la erupción proyecta todos estos materiales hacia arriba a través de la columna volcánica. Los materiales olidos salen disparados pero la ceniza y el gas ascienden hasta varios kilómetros de altitud.

Los principales componentes del gas volcánico son agua (casi el 80% del total), pero también dióxido de carbono (CO2), anhídrido sulfuroso (SO2), que es tóxico, y ácido sulfhídrico (H2S), que también es tóxico. 

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Las imágenes de la erupción volcánica en La Palma y sus devastadoras consecuencias Agencias

¿Es tóxico el gas volcánico?

Sí. Pero con matices. La toxicidad de estos gases va unida a la concentración que tengan. Cuanto más cerca de la columna volcánica o de las bocas del volcán se esté, mayor concentración habrá de gas y, por tanto, mayor peligro para la salud existirá.

El dióxido de azufre (SO2) de la erupción volcánica en la isla de La Palma puede provocar, en altas concentraciones, irritaciones en las mucosas, lagrimeo, inflamaciones pulmonares o incluso bronquitis, alveolitis y neumolitis, tal como advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. El jefe de Sección de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz Germán Peces-Barba, explica que los gases que emite el volcán son dañinos para la salud de la población general en altas concentraciones.

¿Hasta dónde llegará la nube de azufre?

Es un gas muy volátil que se desplaza a merced de los vientos. En este caso, la nube de gas y ceniza procedente del volcán está desplazándose hacia la península. Las predicciones prevén que llega en las próximas horas y que mañana esté sobre la península y parte de la cuenca mediterránea.

¿Hay riesgos para la salud?

La AEMET asegura que no. Por el momento, se ha detectado en Tenerife una concentración de este gas hasta 400 veces por encima del "valor normal" en esa zona, a 2.371 metros de altitud. En todo caso, según la Aemet, esta concentración "no supone un riesgo para la salud" porque se trata de "una medida puntual". Los expertos consideran que cuando la nube llegue a la península los vientos ya habrán dispersado y diluido la concentración del dióxido de azufre. Además el gas está a gran altura por lo que su impacto en la superficie será inapreciable.