Contra el feminismo, el multiculturalismo y hasta el cambio climático. El discurso de la síndica de Vox, Ana Vega, fue un repaso a todos los temas globales que el populismo reaccionario ataca y que contó, además, con las particularidades valencianas favoritas de la extrema derecha como la enseñanza del valenciano o el estado de las autonomías.
Vega no se saltó el manual ‘trumpista’ y cumplió casi punto por punto con los argumentos del expresident de EEUU. Así, vinculó la inmigración con la delincuencia, calificó de «religión climática que solo trae pobreza energética» las políticas para luchar contra la crisis medioambiental y cargó contra los «chiringuitos» vinculados a la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres. No sin antes asegurar que «no hay nadie más feminista que las mujeres de Vox».
En la extrapolación de medidas de otras autonomías a la realidad valenciana, enarboló la necesidad del PIN parental (que cuenta con el rechazo de toda la comunidad educativa valenciana) para frenar el «adoctrinamiento» en las aulas en las que, según Vega, «se están formando a borregos».
En su discurso tampoco faltaron las referencias al ideario más conservador con innumerables referencias a las familias («el último reducto de libertad») y demonización del aborto y de la eutanasia; medidas por las que aseguró que la izquierda estaba en la «cultura de la muerte».
Todo un material político cargado del que, aseguró Vega, «no retrocederemos ni un milímetro» y con el que Vox se presenta como «la verdadera alternativa».
