La vida y el trajín habitual vuelven poco a poco a los campus universitarios —sobre todo por la recuperación al 100 % de la presencialidad en las aulas— y con ello, también el ir y venir de los estudiantes erasmus. Despúes de una caída de los intercambios el curso pasado —sin vacunación, con movilidad limitada entre países y clases semipresenciales—, las instituciones han recuperado las cifras habituales, tanto de estudiantes valencianos que deciden cursar parte de sus estudios en el extranjero, como de alumnos que apuestan por pasar una temporada en València, una ciudad que los jóvenes ven con buenos ojos.
De la Universitat de València (UV) este curso se van 2.100 estudiantes a otras universidades y, de momento, las cifras provisionales apuntan que vienen 2.036 alumnas y alumnos a través del programa de movilidad financiado por la Comisión Europea, un dato al que aún hay que sumar los que estarán solo el segundo cuatrimestre, a partir de enero de 2022.
El curso pasado, marcado de inicio a fin por la pandemia, la UV recibió a 1.249 jóvenes y ‘mandó’ a otras universidades europeas a 945 estudiantes. Por tanto, se ve claramente cómo los intercambios cayeron casi a la mitad por la covid-19.
Según confirma Carles Padilla, vicerrector de Internacionalización de la UV, «los datos actuales son iguales o mejores que los de hace dos años; hemos recuperado la normalidad totalmente». Como recuerda, antes de la pandemia a los campus de la UV llegaban cerca de 2.500 estudiantes y se iban unos 1.800. Con todo, calcula que la caída del 2020-21 fue de entre un 40 y un 50 % a diferencia de este curso, del que reconoce que tienen «unas expectativas muy buenas si la pandemia nos respeta». Cabe recordar que la Universitat es «la primera de Europa en recepción de estudiantes Erasmus+», como afirmó la rectora Mavi Mestre en el acto institucional de inicio de curso.
Entre las causas para que el alumnado vuelva a apostar en masa por el Erasmus+ «influye la vacunación», además que de los estudiantes mantienen las «ganas de disfrutar de la ‘experiencia erasmus’, para conocer otras, culturas, lenguas y personas», apunta Padilla. «Cuando la situación ha mejorado se han lanzado a aprovechar la oportunidad», añade el vicerrector de la UV.
Por su parte, los datos de la Universitat Politècnica de València (UPV) también invitan al optimismo y corroboran la recuperación. En 2021-22 esperan 1.500 estudiantes —de los cuales 970 se incorporan este semestre—; y se irá una cifra muy similar: 1.150, si bien la mayoría (860) tienen previsto hacerlo el segundo semestre, no el curso completo.
Desde la Politècnica también apuntan que «hay más o menos normalidad y los números son como antes de la pandemia». De hecho, José Francisco Monserrat, vicerrector de Comunicación, recuerda que en 2018-19, «se alcanzó la cifra récord de 1.287 estudiantes de la UPV enviados al extranjero». «Ahora, después del frenazo por la pandemia, el número de solicitudes vuelve a despegar hasta acercarse, de nuevo, a las 1.300 movilidades», añade. Por eso, Monserrat ve «una tendencia clara al alza: los alumnos vuelven a tener inquietudes por irse fuera, y eso es una magnífica señal».
Misma sensación desde la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH), donde este año han registrado «récord de solicitudes y estancias confirmadas para realizar la movilidad Erasmus+ estudios». Mientras el curso pasado viajaron 41 de sus estudiantes, este 2021-22 lo harán un total de 161, de los que ya se han marchado 128.
Por el otro lado, ya acogen en sus instalaciones a 83 alumnos de otros países europeos, casi el doble de los 46 de 2020-21, y eso que el plazo está abierto hasta diciembre y prevén que el segundo semestre podría incorporarse un número similar, por lo que la cifra final triplicaría la del curso pasado.
