El president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer en el homenaje a Amado Granell que se ha dirigido por carta a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, para proponerle la dedicatoria de una calle de la ciudad a este militar burrianense, que tuvo un destacado protagonismo en la liberación de la capital francesa durante la Segunda Guerra Mundial. En el acto, celebrado en el CMC La Mercé del municipio castellonense y que también sirvió para recordar al resto de su compañía —La Nueve— se reivindicó la necesidad de restablecer la dignidad de todos aquellos que lucharon por la libertad a través de la memoria democrática.

El evento reunió a buena parte de los miembros del Consell, así como autoridades políticas, de la corporación municipal, miembros de la sociedad civil y representantes de entidades memorialistas. La encargada de dar la bienvenida a todos los asistentes fue la alcaldesa del municipio, Maria Josep Safont, que destacó el simbolismo del lugar escogido para la celebración de este reconocimiento ya que lo que es actualmente la Casa de la Cultura fue prisión durante la Guerra Civil «lo que es un signo claro de que nuestra sociedad avanza hacia la democracia» argumentó. Seguidamente, tomó la palabra el historiador, Cyril García, que profundizó en la figura del comandante en su libro ‘Amado Granell, el valenciano que liberó París’ y un breve vídeo recordó alguno de los hitos más importantes de la trayectoria vital del homenajeado.

Héroe del siglo XX

La consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, se refirió a Amado Granell como «un héroe valenciano del siglo XX, defensor de la democracia frente al fascismo y de la libertad frente al miedo». Durante su intervención, la consellera insistió en que, desde la Generalitat, se está trabajando «para conseguir un territorio sin fosas comunes y sin vestigios que exalten el fascismo».

Uno de los momentos más emotivos de la tarde fueron sin duda las palabras del nieto del protagonista del homenaje, Javier Tarazona Granell al recordar la historia de su familiar y que recibió una lámina del famoso ilustrador, Paco Roca, que también estuvo presente, con una página de cómic dedicada a su abuelo.

Finalmente, el ‘president’ apeló durante su parlamento a la memoria como «palanca» que debe ayudar a cambiar el presente y a mejorar el futuro, porque «recordar es más que revivir el pasado y la lucha por la libertad es una batalla que debemos dar cada día».

Años de lucha

Granell se alistó en la Legión en 1921, donde se le destinó a la 18ª Compañía de la Quinta Bandera y posteriormente, en septiembre de 1936, se alistó en el Ejército Voluntario. Poco a poco fue escalando puestos en el escalafón militar y en 1938 ya figuraba como el jefe de la 49ª Brigada Mixta. Y al frente del batallón 193 estuvo en Benicarló luchando contra las tropas de Franco.

Ya en la II Guerra Mundial entró en la División Leclerc, en la que había más de 2.000 españoles republicanos exiliados. Con el desembarco de Normandía entró en Francia el 1 de agosto de 1944. Y en el avance hacia la capital francesa, el general Patton ordenó que la División Leclerc fuera en vanguardia hacia la capital francesa. El diario ‘Liberation’ certificó con una foto que Granell fue el primero en entrar en la Ciudad de la Luz para liberarla de los nazis.