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La fiesta protagoniza el regreso de la Procesión Cívica

El desfile recupera la calle tras un año de parón obligatorio por la pandemia con un ambiente festivo marcado por las mascarillas y la distancia de seguridad, y sin incidentes graves

La edil Pilar Bernabé porta la senyera en la plaza del Ayuntamiento de València | M.A. MONTESINOS

El ambiente festivo fue ayer el protagonista en la Procesión Cívica que conmemora la entrada de Jaume I en València y que es el epicentro del día de la Comunitat Valenciana. El desfile recuperó la calle tras un año de parón obligatorio por la pandemia y estrenó recorrido por las obras de la plaza de la Reina. El acto estuvo marcado por las mascarillas, la reducción de aforo en las zonas acotadas, la presencia de menos público y la distancia de seguridad.

En el centro, Ximo Puig, Pilar Bernabé y Joan Ribó con la senyera junto a los ediles que llevaron las borlas al inicio. | M.A. MONTESINOS

La procesión se celebró sin incidentes graves y con algunos insultos y descalificaciones a las autoridades, actitudes que comienzan a ser testimoniales. Un amplio dispositivo policial evitó cualquier tipo de altercado. Durante la mayor parte del recorrido predominaron los aplausos, vítores y constantes gritos de «Visca València». El honor de portar la real Senyera recayó en la edil socialista Pilar Bernabé, responsable de Desarrollo Económico, Deportes y Personas Mayores en el Ayuntamiento de València

Ambiente en la plaza del Ayuntamiento. | LEVANTE-EMV

El nuevo recorrido transcurrió por la calle de las Barcas y Pintor Sorolla hasta el Parterre y la vuelta fue por Colón y Roger de Lauria. La distancia de seguridad se tradujo en un menor espacio para el público, sobre todo en la plaza del Ayuntamiento (donde el perímetro cerrado era similar al de las mascletàs con todo el centro despejado) y el Parterre, donde solo entraron la comitiva oficial y los periodistas (los diputados autonómicos y miembros de los partidos políticos se tuvieron que quedar fuera). El número de participantes en el desfile también menguó en un centenar de personas y se quedó en 340 para dejar más espacio libre. En cualquier caso, en el acto estuvo una nutrida representación de dirigentes y cargos políticos como el alcalde de València, Joan Ribó, y los concejales del Ayuntamiento; el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; el presidente de las Corts, Enric Morera; y la delegada del Gobierno, Gloria Calero.

Cañizares besa una senyera en el Te Deum, ayer.

Vestida premeditadamente de color rojo, Pilar Bernabé recibió la bandera a las doce en punto de la mañana tras una bajada del balcón en el que se cumplió al pie de la letra la obligación de mantenerse erguida sin inclinarse ante nadie. Ese momento inicial estuvo acompañado de la Marcha de Valencia, el himno de España y las salvas de ordenanza, otrora realizadas con disparos militares y ahora por la vía de la pirotecnia. 

La marcha discurrió en un ambiente festivo con aplausos generalizados al paso de la senyera y una abundante presencia de turistas extranjeros. En dos puntos concretos de la plaza del Ayuntamiento y uno en el Parterre hubo una mayor presencia de personas que corearon consignas contra el equipo de gobierno del Ayuntamiento y las autoridades autonómicas. Para alguno de ellos el mayor problema fue que el alcalde no llevara corbata. En cualquier caso, en la mayor parte del recorrido las palmas y la música se impusieron a los insultos.

Uno de los momentos puntuales de tensión se vivió en el Parterre (que estaba acordonado) cuando un grupo de cuarenta exaltados coreó «Som valencians, no catalans» y «Queremos pasar». Un espontáneo se dedicó a gritar «Arriba España» mientras sonaba el himno regional. La situación no fue a más gracias al amplio despliegue policial que impidió el acceso a la plaza de personas sin acreditación.

En el Parterre y a los pies de la estatua ecuestre de Jaume I se realizó la ofrenda de coronas de laurel por parte del Tribunal de las Aguas, el Ateneo Mercantil, la Sociedad Coral Micalet, Lo Rat Penat y el Ayuntamiento de València, este ultimo caso ofrecidas por Joan Ribó y Ximo Puig. Finalmente, la senyera reinició su camino de vuelta por las calles Colón y Roger de Lauria para su regreso a la casa consistorial.

Antes del inicio del recorrido, Joan Ribó invitó a disfrutar del 9 d’Octubre «con alegría y responsabilidad». Una celebración que consideró «señala con claridad la nueva normalidad una vez pensamos que la pandemia está superada». No obstante, incidió, «pese a que estamos en una situación de práctica normalidad no hemos de olvidar que la pandemia aún continúa y hemos de tener todas las precauciones que pide Sanidad».

Así, en el marco del día de la Comunitat Valenciana y tal y como señaló en el bando con motivo de la festividad, instó a «continuar reivindicando una financiación autonómica adecuada infraestructuras ferroviarias potentes como se merece la ciudad y la necesidad de organizar el área metropolitana». Por su parte, el president de la Generalitat subrayó: «Gracias a los valencianos y la vacunación hemos llegado hasta donde estamos ahora, que es un paso adelante hacia la reactivación económico y social».

Te Deum

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, pidió que el solemne Te Deum vuelva a formar parte de los actos oficiales. Durante su homilía en la misa capitular para conmemorar la dedicación y consagración de la Catedral de Valencia a la Asunción de María el día 9 de octubre de 1238, el cardenal señaló: «Ojalá Dios nos conceda que la oficialidad rectifique y cambie» y que «todos sigamos dando gracias a Dios por este acontecimiento que es lo mejor que le ha podido pasar a València».

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