El 12 de septiembre de 2019, el guardia de Canals David Soriano estuvo a punto de morir. Y lo sabía. Se lanzó sin dudarlo a salvar a un hombre y su hijo, atrapados en el río Canyoles, en Canals, por la riada. «Fue agónico». Se emociona al recordar cómo, en el momento más duro, llegó a estar convencido de que nunca volvería a ver a su familia. «Eso me dio fuerzas», dice. Aún así, no se arrepiente. «Volvería a hacerlo, sin dudarlo». Su gesta sirvió para salvar la vida al padre y a uno de los policías locales que también ayudó en el salvamento. Ayer le fue reconocida la acción heroica con una de las máximas distinciones: la cruz al mérito con distintivo rojo. «Ha sido una mezcla de sentimientos de alegría y tristeza. He vuelto a rememorar el rescate. Aquel día pudimos morir tres personas, pero estoy feliz porque todo salió bien».
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