El 62% de las personas con discapacidad encuentra dificultades de acceso a Internet o durante su uso, según las conclusiones del segundo 'Estudio sobre Brecha Digital y Discapacidad' realizado por la Cátedra de Brecha Digital y Diversidad Funcional (DicaTIC), promovida por la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valenciana.

Las principales causas son la "falta de formación", el coste de la conexión y la ausencia de adaptaciones a las necesidades de usuarios con diferentes tipos de discapacidad, tanto en la presentación de los contenidos como en la navegación.

En este contexto, las personas con discapacidad reclaman una mejora de la accesibilidad a las nuevas tecnologías, aplicaciones y la red, y que sean realmente inclusivas. Es decir, que no se trata de que se desarrollen tecnologías especializadas en dar solución a los problemas de acceso o uso de cada colectivo, sino de que estén diseñadas y adaptadas desde un principio para que puedan ser utilizadas por todas las personas, con y sin discapacidad, explican los responsables del estudio.

A la luz de estos datos, la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual, subraya que "la digitalización tiene que llegar a toda la sociedad; no podemos avanzar si parte de ella se queda atrás". "Tenemos que implementar políticas y herramientas que hagan posible eliminar la brecha digital que afecta a las personas con discapacidad. Es fundamental que la innovación sea inclusiva", añade en un comunicado.

En este sentido, los expertos que han intervenido en la jornada 'Brecha digital y discapacidad: Retos de investigación', han destacado la necesidad de avanzar en concienciación e implicación por parte de todos los agentes de conocimiento e investigación, destacando las universidades, así como la corresponsabilidad por parte de las empresas y otras organizaciones.

Han subrayado asimismo los avances que está suponiendo la nueva normativa europea, que incluye la accesibilidad como criterio central en todo tipo de proyectos, estrategias y políticas.

El director de la Cátedra DicaTIC, Manuel Martínez Torán, y la investigadora de la misma, Chele Esteve, han explicado que la planificación y desarrollo de la fase de investigación del estudio se desarrolló entre marzo y julio de 2021, y contó con el apoyo y colaboración de la mayoría de las organizaciones que trabajan con colectivos con discapacidad en la Comunitat Valenciana y con la implicación directa de más de 430 personas con distintos tipos de discapacidad (Física, Orgánica, Intelectual, Salud Mental, Visual y Auditiva).

Casi todas las personas con discapacidad anhelan y esperan de las tecnologías e Internet que les aporten un mayor nivel de autonomía; que les facilite los pequeños, pero importantes, detalles y acciones de la vida cotidiana (desenvolverse en el día a día, hacer trámites y desarrollar su actividad laboral), y una mayor conexión e interacción social (con sus familias, su círculo más cercano y con otras personas con circunstancias y limitaciones similares).

Tecnologías más utilizadas

La mayoría de las personas encuestadas afirma que las nuevas tecnologías les han aportado importantes beneficios en cuanto a su relación con otras personas (en el 56,7% de los casos, que alcanza el 66,5% en el caso de la discapacidad intelectual) y para acceder a formación y educación (el 33,6%), además de para disfrutar de ocio, realizar gestiones desde casa - destacando los trámites con Administraciones y servicios públicos, de atención sanitaria y social, y gestión de prestaciones-, para ganar en independencia y para ejercer su trabajo.

En este sentido, reconocen que el no disponer de acceso a estas tecnologías y a Internet da lugar a una brecha o desigualdad. En concreto, el 79,6% de las personas que respondieron a la encuesta considera que es "un impedimento" y genera "una desigualdad muy importante".

La mayoría de las personas que han formado parte de la consulta (el 53,1%) prima el uso de aplicaciones frente al de páginas web. Destacan, por nivel de uso, las aplicaciones relacionadas con ocio y cultura y aquellas que permiten la comunicación entre las personas. Les siguen las centradas en salud y educación y, a continuación, las relacionadas con el transporte, el turismo y las necesidades profesionales.

Aunque la mayoría de los encuestados se encuentran bien preparados tecnológicamente, un 4,3% no dispone de conexión a Internet en su domicilio; el 30,5% afirma que no tiene smartphone propio y un 64,9%, tampoco tablet; un 19% no tienen cuenta de email, y un 69,7% no tienen firma digital.

Además, la mayoría (cerca del 59%) no tiene cuenta bancaria digital propia y hay un uso muy bajo de cuentas de compra online, debido, sobre todo, a la desconfianza o temor que genera en estos colectivos las transacciones económicas online.

Los datos y conclusiones del 'Estudio sobre Brecha Digital y Discapacidad: Una perspectiva centrada en las personas' permiten completar la visión aportada por el primer estudio de la Cátedra de Brecha Digital y Diversidad Funcional, realizado en 2020 con la implicación de las organizaciones.

En este caso, se ha contado con la participación directa de 396 personas con discapacidad que completaron el cuestionario --con base en una plataforma online, criterios de lectura fácil, lenguaje de signos y de accesibilidad de los diferentes colectivos-- y se llevaron a cabo seis focus group, con entre cinco y siete personas en cada uno, en colaboración con Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, Cocemfe (dos); la Federación de Personas Sordas de la Comunidad Valenciana, Fesord; Fundación ONCE, en discapacidad visual; Plena Inclusión, en intelectual, y ACOVA, la Asociación de Ayuda a Personas con Enfermedad Mental de la Comunidad Valenciana.