Una charanga y su Paquito el Chocolatero compiten con el concierto de clásicos del pop-rock nacional. El ambiente festivalero del congreso federal del PSOE aguanta hasta el último día y solo ver que los asistentes tiran de maletas de ruedines choca con la imagen habitual de las mochilas sobre ojos cansados. Es domingo y no llegan a ser las 11 de la mañana en Feria València.
Por si faltan tópicos en las comparaciones entre el evento socialista y un fin de semana musical, Ximo Puig introduce la cultura del esmorzaret en el corazón del Consejo de Ministros y se lleva a diez de ellos a probar la experiencia de los cacaos, tramussos, tortilla de patata, bocadillos de titaina y blanc i negre y pasteles para empezar el día.
Horas después, Pedro Sánchez tarda casi 10 minutos en recorrer los 200 metros de la entrada en lo más parecido a una vuelta al ruedo entre jaleos, selfies, choques de manos y la sintonía del partido interpretada por una guitarra eléctrica prácticamente en bucle. Es el cabeza de cartel del festival, el que cierra el sarao.
Ya en su sitio, Sánchez recibe en sus brazos a cada uno de los 40 miembros de la ejecutiva que son citados por megafonía al más puro estilo NBA, sin faltar el videomarcador en el centro del espacio que retransmite casi en primer plano las expresiones de cada uno de los salientes.
De los valencianos, Amparo Marco dibuja un corazón con los dedos al llegar al escenario y le acercan el bolso que se dejó en la silla tras los avisos de su delegación, Patricia Blanquer lanza saludos al aire, Diana Morant nota el reconocimiento de ser ministra con un nivel de aplausos más elevado y Arcadi España se abraza a Puig de camino a su silla. El aplausómetro, no obstante, lo ganó Patxi López.
El expresident Joan Lerma tenía hueco en primera fila y no llegó a tiempo, aunque sí lo hicieron Salvador Navarro (CEV), José Vicente Morata (Cámara de Comercio), Ismael Sáez (UGT) y Enric Morera y Maria Josep Amigó (Compromís). El fin de fiesta es clásico: la Internacional, con los puños en alto. En los food trucks apuran las últimas cervezas. El próximo festival será en versión local.
