El teniente general Fernando García-Vaquero Pradal, jefe del cuartel general terrestre de Alta Disponibilidad de la OTAN, fue el encargado ayer de la lección inaugural del grado de Relaciones Internacionales de la VIU – Universidad Internacional de València. En su intervención, García-Vaquero destacó el futuro de la OTAN y el papel que jugará Estados Unidos, la intervención del ejército durante la pandemia, el rol de España en el conflicto afgano, la importancia de la colaboración para mantener la seguridad internacional y lo fundamental que es la seguridad para el desarrollo y bienestar de un país.

El teniente general puso en valor la labor del ejército más allá de las guerras, tomando como ejemplo su trabajo en la catástrofe natural de La Palma. En este sentido, abordó el rol de la UME en la zona desde el inicio de la emergencia explicando que «el ejército entra en acción posteriormente relevando a la UME y da continuidad al esfuerzo».

Asimismo, contó que la base operativa de la UME está ubicada en las instalaciones de la Unidad de Apoyo a la Proyección (Uapro) «El Fuerte», situada en Santa Cruz de La Palma y perteneciente al ejército de Tierra. La Uapro, reforzada por la brigada Canarias XVI, abrió inicialmente sus instalaciones para acoger a alrededor de 250 personas que han sido desalojadas.

Igualmente, el teniente general remarcó la labor que el ejército ha llevado a cabo durante la pandemia. «Una parte muy considerable de las unidades del ejército de Tierra ha participado en la lucha contra la pandemia mediante intervenciones, desinfecciones de residencias y hospitales, traslado de enfermos o transporte de vacunas, entre otros. Hemos trabajado todos unidos para salvar vidas y aliviar el sufrimiento de la población, de la que formamos parte y a la que servimos», apuntó en la charla.

Acogida de afganos

En el panorama internacional, García-Vaquero ahondó en el papel del ejército español en el conflicto afgano, dónde los soldados han estado presentes desde 2002 hasta mayo de 2021. Puso cifras a esta misión exponiendo que «en Afganistán participaron 27.100 militares y perdieron la vida 102 hombres y mujeres. Los soldados españoles llevaron a cabo más de 28.000 patrullas, recorrieron unos 3 millones de kilómetros, efectuaron 1.400 misiones de desactivación de explosivos y adiestraron a más de 13.000 militares afganos», explicó. Afirmó así que la seguridad «requiere inversión y eso no se puede improvisar».

«España también se implicó activamente en la reconstrucción de Afganistán. Los distintos gobiernos financiaron la construcción de todo tipo de infraestructuras y colaboraron en infinidad de iniciativas para el desarrollo de Afganistán», concluyó.