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El Botànic llega enfrentado y sin pacto al día clave para aprobar las cuentas

La comisión política tiene el acuerdo muy cerca, pero la pelea por el control de los tiempos se enquista

El conseller Vicent Soler y la vicepresidenta Mónica Otra, ayer, en su última comparecencia conjunta. | LEVANTE-EMV

Puede que aún llegue en tiempo, pero, desde luego, no en forma. La pelea entre los socios del Botànic a cuenta de los presupuestos de la Generalitat de 2022 se ha estirado tanto que, por primera vez en la historia del Botànic, el documento económico más importante del año no será aprobado cuando toca, es decir, hoy viernes, 29 de octubre, en la reunión ordinaria del pleno del Consell, la última de la semana laboral antes de que expire el plazo que marca la ley de Hacienda (antes del 1 de noviembre) para mandar el proyecto a las Corts.

En principio, el acuerdo político podría no estar lejos (cuestión de horas, apuntaban fuentes conocedoras de la negociación) e incluso ser avanzado hoy por la vicepresidenta Mónica Oltra tras la reunión plenaria, pero será complicado celebrar los séptimos presupuestos botánicos.

De hecho, las dificultades para el acuerdo evidencian una fractura importante en el seno del Consell entre los tres socios que gobiernan juntos y, sobre todo, como es ya un clásico entre Compromís y PSPV. Ha habido serías dificultades en el qué, es decir, en cómo repartir los recursos y, sobre todo, en el alcance de los gastos, pero a esta batalla, que ya era un clásico en años anteriores, se ha sumado ahora la pelea por el control de los tiempos, el cuándo, que para los socialistas debe ser antes del plazo legal, es decir del domingo, mientras que para Compromís es un asunto menor.

En todo caso, tanto se han apurado los tiempos que ya no será posible, en caso de que fragüe el acuerdo, su plasmación técnica para este viernes. Así las cosas, el Botànic se ve abocado a un proceso inédito e incluso, si la crisis va a más, a una prórroga de los presupuestos que no se resolverá de un día para otro. Un escenario que ayer fuentes socialistas no descartaban.

Desechado que el documento esté listo hoy, las últimas informaciones de ayer tarde apuntaban a la convocatoria el domingo, día 31, de una sesión plenaria extraordinaria, para dar el viso bueno al texto y remitirlo a las Corts en el plazo legal.

Sin embargo, desde Compromís se descartaba ese día y apuntan al martes ya que todavía no hay acuerdo sobre el contenido. En todo caso, el calendario presupuestario deberá modificarse ya que debe darse un tiempo a la oposición para afrontar las comparecencias de consellers.

En todo caso, la experiencia de este presupuestos que, por primera vez, se ha negociado en el seno de una comisión política demuestra que el formato no aligera los tiempos para el consenso e incluso, podría decirse, acentúa el enfrentamiento.

Mes y medio de reuniones y trasiego de papeles entre los negociadores que al final han encallado donde tradicionalmente lo ha hecho siempre: el tira y afloja entre la vicepresidencia del Consell, que dirige Oltra, que marca las directrices a las conselleries de Compromís, y el departamento de Hacienda y en, última instancia, de Presidencia. Unos apretando para estirar las partidas de gasto y otros, tratando de contener un crecimiento desmesurado que aboque a un presupuestos con pies de barro. Ayer se daba la cifra de un crecimiento del 9 % y un crecimiento del gasto en Políticas Inclusivas superior a los 2.200 millones.

Como contó ayer este diario, el atasco para la fumata blanca era un ajuste de alrededor de mil millones. En principio, la comisión política llegó a un preacuerdo en espera de que Hacienda pintara los ingresos suficientes. Pero encajar mill millones de euros en un presupuesto sin las aportaciones extraordinarias de la covid por parte del Gobierno y ya con muchas varias ingresos que nunca llegan, entre ellos, la partida de la infrafinanciación por 1.325 millones de euros, abocaba a una filigrana complicada y peligrosa para el futuro: disparar el déficit a las puertas de que vuelvan las reglas fiscales. Hacienda dejó claro que había que hacer ajustes, pero hubo resistencias y Compromís se negó a pedir a sus conselleries los retoques.

Sin embargo, la versión desde la coalición es distinta. Las fuentes consultadas sostienen que el clima de la negociación ha sido buena y constructiva sin la tensión típica de cuando era Hacienda la que negociaba bilateralmente con las conselleries. ¿Por qué entonces el retraso? La respuesta es que, según defienden, Hacienda no facilitó hasta ayer un documento con la previsión de ingresos externos (transferencias del Estado y fondos europeos), una información clave para poder ajustar «las necesidades» de las conselleries. La alusión a este documento generó ayer un enfado monumental en Hacienda, que prefirió ceñirse al guion de que están trabajando para que los presupuestos estén en plazo.

Cabe recordar que en la comisión negociadora esta presente la directora general de Hacienda, Eva Martínez, quien, sostienen desde Hacienda, ha llevado desde el inicio de las negociaciones toda la documentación disponible, incluido, por supuesto, los ingresos, sin los cuales no es posible diseñar los gastos.

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