En esta crisis está claro para todos nosotros que Europa lo ha hecho bien. Y la comisión europea ha jugado un papel clave en este éxito. No quiere decir que todo ha sido perfecto y tampoco quiere decir que el trabajo ya está hecho y que ahora podemos dormir en los laureles.

Al revés, el sufrimiento de muchas personas, las pérdidas humanas y la crisis económica nos obligan a ser respetuosos, prudentes y a seguir trabajando el doble.

Lo que sí es importante subrayar es que desde el principio de la crisis Europa ha actuado con eficacia poniendo el deber de solidaridad y ayuda mutua por encima de otras consideraciones.

Las primeras respuestas vinieron con la flexibilización de la normativa de ayudas estatales, la suspensión del Pacto de Estabilidad y la movilización total de la política de cohesión. Permítanme que me refiera un poco más en detalle a las medidas tomadas en el marco de la política de cohesión, que está bajo mi responsabilidad. En las primeras semanas de la crisis lanzamos la iniciativa de inversión de respuesta al coronavirus, un esfuerzo sin precedentes para redireccionar todos los fondos de política de cohesión para las necesidades de emergencia.

Logramos la luz verde casi inmediata de los Estados miembros y del Parlamento Europeo y tuvimos este primer apoyo ya sobre el terrero en las 4 ó 5 semanas posteriores a la crisis. Desde entonces, hemos movilizado alrededor de 21.000 millones de euros para invertir en 3 áreas clave.

Primero, hubo apoyo médico de emergencia: más de tres mil millones de artículos de equipo de protección personal y cerca de 600 ventiladores.

El segundo fue el apoyo urgente a las empresas: subvenciones de emergencia y préstamos a bajo tipo de interés a casi un millón de pequeñas y medianas empresas, con lo que se consiguió mantener a flote estos negocios durante los confinamientos.

En tercer lugar, el apoyo directo al empleo, para trabajos en riesgo, reforzado más tarde por la iniciativa SURE de apoyo temporal para mitigar los riesgos de desempleo, que financió los costes de los ERTE y de la prestación para autónomos.

Estas medidas permitieron que la gente no se encontrara sin ingresos de un día para otros.

Pero la respuesta decisiva no se detiene ahí. También debemos mirar hacia el reto de las vacunas.

La adquisición conjunta de vacunas es también una historia de éxito de la que se benefician todos los europeos. Trabajamos juntos, potenciando el fomento de la capacidad en materia de vacunación, en lugar de pelear por un stock limitado.

Pero permítanme contarles otra historia de éxito. Compartimos la mitad de nuestra producción de vacunas con el resto del mundo. Hemos entregado 800 millones de dosis a los europeos y hemos exportado mil millones de dosis al resto del mundo, a más de 130 países. Este nivel de generosidad es único y me hace sentir orgullosa de ser europea.

Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Y muchas personas por vacunar en el resto del mundo. Hacerlo es un triple imperativo: ético porque somos todos parte de la misma humanidad, sanitario porque no hacerlo aumenta los riesgos de reinfección y económico porque sin vacunación no hay recuperación.

Team Europa ha comprometido 3.200 millones de euros al acelerador COVAX, una alianza mundial con el objetivo de garantizar que todos los países puedan tener acceso a pruebas, tratamientos y vacunas. Pero he guardado para el final la historia de la que estoy más orgullosa. En la crisis de 2008, Europa tardó 4 años para componer una respuesta conjunta. El ‘whatever it takes’ fue proferido solamente en 2012. En esta crisis, en el plazo de 4 semanas iniciamos una respuesta emergencia y en 4 meses habíamos formulado una respuesta completa y coherente, con el plan de recuperación ‘Nueva Generación’, y lo hicimos junto en Europa.

Por primera vez, Europa está utilizando su calificación crediticia para recaudar dinero y apoyar a los estados miembros más afectados. Hemos creado un nuevo Fondo de Recuperación y Resiliencia y hemos impulsado la política de cohesión.

España recibirá 35.400 millones de euros de la política de cohesión y 70 mil millones del Mecanismo de Recuperación. Esta cantidad supone en los próximos años más de 2.200 euros de inversión por cada hombre, mujer y niño en España.