El alma de Casa Caridad la conforman sus 70 profesionales y los 253 voluntarios dispuestos a ayudar a los más vulnerables. Tras más de un siglo de historia, la conocida como la ONG de todos los valencianos, recibió el premio Levante, en la categoría de Acción Social, por ser una entidad social «diferente y referente».

Fue el tercer premio de la noche y el presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, subió al escenario emocionado y agradecido para recibir el galardón de manos del presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón ya que «supone un acicate para que a acción social que realizamos la hagamos más y mejor».

Miralles inició su discurso con la mirada puesta en una pandemia que ha supuesto «un período de sufrimiento, angustia y confinamiento que ha producido un deterioro tanto en la salud, como en la situación económica de las personas más necesitadas». Y es que en Casa Caridad han visto un cambio en el perfil de los usuarios. Por eso, Miralles tuvo palabras para las «personas normalizadas que han perdido su empleo o que teniéndolo no llegan a fin de mes. Autónomos con escasos recursos, personas mayores que tienen que compartir sus pensiones o jóvenes en busca de empleo, de vivienda», así como para «migrantes que vienen huyendo del hambre o de la violencia, o que simplemente buscan tener un provenir, huir del hoy y tener esperanza en el mañana».

La necesidad y la atención de Casa Caridad se comprueba con cifras. Así, si antes de la pandemia el comedor social de Casa Caridad atendía diariamente a 350 personas, ahora el reparto de alimentos y de productos frescos llega a las 1.500. Desde el incio de la pandemia la entidad ha entregado 150.000 euros en ayudas directas o en pagos de sumnistros, alquiler de vivienda, medicamentos, atenciones sanitarias, etc. Además, entregó vales de comida en cadenas de distribución, inauguró el proyecto Fénix -que consiste en 8 viviendas supervisadas- y ahora centra sus objetivos en nuevos proyectos enfocados a evitar la brecha digital.

Miralles concluyó sus discurso con la mirada puesta en la ciudad, y en sus vecinos: el corazón de Casa Caridad. «València es una ciudad amable, alegre, acogedora y generosa, que se preocupa de las personas más necesitadas. Y la mejor prueba de ello es que durante más de 115 años el pueblo valenciao mantiene una institución privada, independiente y solidaria y esa institución es Casa Caridad».