Un estudio de veinte metros cuadrados de superficie, trece de ellos útiles para la persona que lo habite por 365 euros al mes. Sin muebles. Con un contrato mínimo de un año de duración. Para un inquilino no fumador y que no sea estudiante, solo trabajadores. Sin mascotas y con una fianza de dos meses. El alquiler en València se está poniendo imposible.

Estas son las condiciones que enmarcan un minipiso en alquiler en la avenida Primado Reig de València, ofertado en una de las principales plataformas que operan a nivel nacional. El propietario avisa de que se podrá alquilar a partir del próximo mes de diciembre. Se encuentra en el noveno piso de un bloque. 

Y no es un caso aislado. Todo aquel que busque un inmueble de alquiler en València con un mínimo de características -barrios que no estén en la periferia, pisos en buen estado- se encuentra con la barrera de los 500 euros. Todo lo que hay por debajo son casos como el anterior -pisos pequeños- o habitaciones. O quintos sin ascensor o en un estado que no se puede describir como óptimo. 

El precio del alquiler ha aumentado un 10 % en la ciudad en lo que va de año. La demanda supera a la oferta en el 'cap i casal'. La fiebre del alquiler ha disparado los precios y los inversores apuestan por adquirir pisos para luego alquilarlos a precios altos, los que marca el mercado. Un reciente informe de Tecnocasa confirma que con un inmueble en alquiler en Valencia se puede obtener una rentabilidad bruta anual superior al 8,03%. "El tiempo necesario para recuperar la inversión en el inmueble, es decir, el número de años necesarios para recuperar el precio de compra de la vivienda con el importe anual obtenido del alquiler se sitúa en 13,4 años (161 meses)", apuntan los autores.

Contenedor-chalet en la Punta

De hecho, la alta demanda de alquiler en València y su área metropolitana causa que se oferten viviendas que se pueden definir de curiosas. Así, en otra de las plataformas líderes a nivel nacional se ofrecen casas-contenedores de 30 metros cuadrados en la punta. 

El precio es de 500 euros al mes -agua y luz incluidas- y se pueden visitar a partir de mañana. En este caso sí son inmuebles amueblados, con una habitación y un baño, además de una terraza privada de ocho metros cuadrados. No se admiten mascotas y para alquilar cualquiera de estas singulares residencias es imprescindible atestiguar la posesión de un contrato de trabajo con nóminas.