"A las instituciones, que se enteren de nuestra falta de derechos porque no somos un sector marginal. Nosotras, las cuidadoras, somos obreras de primera línea". Diana Cruz es una trabajadora del hogar y cuidados valenciana, que ayer intervino durante la presentación de la campaña 'Sin salud no hay cuidados', que las cuidadoras remuneradas han presentado para reivindicar la ausencia de sus derechos laborales.

El colectivo figura en un régimen especial de la Seguridad Social que las priva de derecho a paro, baja laboral, por maternidad o enfermedad, ni a ninguna otra prestación. Tampoco pueden formar un sindicato ni pueden tener un plan de riesgos laborales. Tienen reconocida por ley la semana laboral de 60 horas en régimen de interna, y sufren por ello todo tipo de problemas de salud física y mental, además de violencia sexual en el lugar de trabajo. Son algunos de los problemas que se pusieron sobre la mesa en la presentación. El sector, además, es un terreno feminizado y racializado, y solo en la Comunitat, las migrantes son más del 60 % de las trabajadoras.

La campaña, según explicaron "pone énfasis en las jornadas laborales extenuantes, el régimen de interna o la violencia sexual". También reclaman la ratificación de los convenios 189 y 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que "reconocen a todas las trabajadoras del hogar su derecho a ser tratadas como tal". Marcela Bahamón, portavoz de la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y Cuidados (Aiphyc) denunció al final de la presentación que "el Real Decreto 16/20 (redactado en lugar de firmar los convenios de la OIT) es la prueba por escrito de que pueden vulnerar nuestros derechos humanos. Está escrito que podemos trabajar 60 horas semanales como internas. Eso está escrito. También se vulnera el derecho de asociación, y de ahí los problemas de salud mental y física. Está escrito que se ningunea a las trabajadoras del hogar y cuidados, y no hay que olvidarlo porque es importante", denunció Bahamón.

"No sabía que tenía derechos"

La asociación Aiphyc se dedica a asesorar y formar a trabajadoras del hogar en València. "Todos los días llegan chicas con una desinformación tremenda, y es bueno que tengamos las herramientas para decirles 'esto va así, que no te pase esto, que no te obliguen a cruzar de ahí. Enseñar sus derechos a las más jóvenes es muy gratificante", explicó Geovanna Bermúdez, cuidadora.

Añadió la necesidad de seguir reivindicando derechos: "no debemos confirmarnos con las migajas que nos dan, porque los reconocimientos del sector ahora mismo son eso; migajas. Hay que seguir luchando todos los días por esto, para las que vienen detrás tengan los derechos que nosotras no tuvimos".

Carolina Osorio contó que "he aprendido cosas muy importantes en la asociación, yo al principio creía que no tenía derechos. Pero ahora sé que sin nosotras, sin las trabajadoras del hogar, no se mueve el mundo".

Durante la presentación Carolina Torres lamentó que "durante años he normalizado el dolor físico y los malos tratos. Te asustas de los mensajes de tu empleador, o te trata con malas palabras para intimidarte... Me da miedo que el resto de compañeras sigan ese camino. Por eso hay que luchar", sentenció.

Malika Outchitache puso de relieve otra realidad, la de muchas mujeres migrantes que llegan a España y se van obligadas a cuidar. "Al final lo hacemos porque se nos ha educado en que las mujeres tenemos que hacer este trabajo, y todas venimos y nos vemos empujadas a la situación", explica. Pese a todo, recalcó que "algunas lo amamos y nos consideramos profesionales, con un trabajo tan digno como cualquier otro. Por eso los que nos emplean deberían tratarnos igual".

La campaña reclama además una reforma de la ley de extranjería para evitar que, como ocurre actualmente, una de cada cuatro mujeres trabajadoras del hogar estén en situación irregular, lo que las aboca a aceptar condiciones laborales de explotación.

"Es un trabajo digno y me siento muy a gusto, a pesar de que es muy duro. Hay personas a las que las coges de la mano para ayudarlas y sientes que merece la pena todo, pero hay mucho abuso, no tenemos los derechos que merecemos", explicó Sonia G. "Que las autoridades se den cuenta de la importancia de los cuidados ¿Por qué este abandono? ¿Por qué no tenemos los mismos derechos".