Lo han denunciado las familias y ahora lo hace la federación mayoritaria de asociaciones de madres y padres (Fampa València): Faltan educadoras para atender al alumnado de necesidades educativas especiales. Y faltan en los colegios ordinarios, en las aulas específicas de Educación y lenguaje (CyL), en las aulas de dos años y en las de centros educativos de educación especial. Cubrir las vacantes de las educadoras es un problema real que afecta a las familias y perjudica a los menores. No es un problema puntual. Es un problema enquistado que lleva años encima de la mesa y que cada año se repite. El quid de la cuestión es que los educadores no son personal docente y no dependen de la Conselleria de Educación, sino de la de Función Pública.

El protocolo establecido es farragoso e implica que, si todo va bien, en dos o tres días se haya cubierto la plaza y en el peor, tarde meses en que sea así. Meses en los que el estudiante con necesidades especiales está sin el educador al que tiene derecho. Así, si un colegio necesita un educador, por el motivo que sea (por un baja o por una plaza vacante), la dirección del centro comunica la petición a la Dirección Territorial de Educación, que debe argumentar la necesidad de cubrir la plaza ante la Conselleria de Función Pública, que, a su vez, solicita a Hacienda la autorización de la partida. Y el mismo proceso de vuelta. Hacienda le comunica la autorización de la partida económica para cubrir la baja a Función Pública, que la traslada a la Dirección Territorial, que se la comunica al colegio en cuestión. Un tiempo indeterminado puede pasar entre la primera y la última comunicación. Y eso que se ha eliminado un trámite intermedio en Intervención. Un tiempo que denuncian las familias y las Ampa de los colegios. Un tiempo que la Conselleria de Educación quería suprimir asumiendo la gestión de la bolsa de 1.500 educadores, tal como anunció a finales de julio de 2019 en este diario. Pero no ha sido así. Es más, en la conselleria de Función Pública aseguran que le trámite quedó en un anuncio. Y el problema se repite y vuelve a salir a la palestra.

"El alumnado con necesidades tiene que ser prioridad para la Administración, el problema no puede ser burocrático y de competencia de administraciones, sin educadores no hay inclusión", explica Rubén Pacheco, presidente de Fampa-València. La entidad denuncia que el hecho que las educadoras y los educadores especiales dependan de la Conselleria de Administración Pública complica la situación y también la falta de recursos. La federación denuncia esta situación desde hace muchos años y pide una solución urgente e inmediata para normalizar la escolarización del alumnado, que los procesos administrativos se resuelvan con urgencia y prioridades para poder disponer en los centros del personal necesario. "Hay que establecer mecanismos extraordinarios de asignación y cobertura de plazas para estas situaciones extraordinarias, esa es la educación de calidad que queremos”, explica Pacheco.

Los último ejemplos se centran en el CEIP las Palmeras de Canet -donde la AMPA denuncia la reducción de horas de una educadora que, desde el inicio de curso, estaba a jornada completa en el centro y que es necesaria todos los días de la semana-, en el CEIP Soto Micó de València - donde hay veinte alumnos con necesidad constante de educadora y tan solo disponen de dos educadoras, una de ellas con reducción de jornada que a estas alturas no ha sido cubierta- y el CEE Encarnación de Torrent, que denuncia que el problema de sustitución de educadoras es constante y que a estas alturas no se han cubierto las plazas de tres educadoras en un centro de educación especial donde la figura de la educadora es "indispensable para el buen funcionamiento, cura y atención del alumnado". "Es inadmisible esta problemática en centros donde es vital y necesario para su funcionamiento, exigimos a las consellerías competentes que den respuesta ya", concluye Pacheco.

Desde la conselleria de Función Pública aseguran que la falta de educadores en València y Torrent "sí está en trámite", pero no el problema en el centro educativo de Canet ya que la comunicación de Educación "aún no se ha efectuado". Además, reconocen el problema de la falta de educadores y aseguran que a principio de curso de cubren todas las plazas. "El problema reside en que el profesorado se presenta para cubrir las plazas de educador y conforme salen vacantes en docencia piden el traslado y dejan el agujero en las plazas de educadores que se quedan sin cubrir con un protocolo muy largo y farragoso", afirman desde Función Pública.