Hay quien levanta los pies del suelo cuando las ruedas de un avión tocan tierra tras aterrizar en un destino. Es una manera supersticiosa de asegurar que la estancia irá bien. De reafirmar la ilusión por conocer un sitio nuevo o de canalizar todos esos nervios de volver a reencontrarse con quien te espera detrás de las puertas automáticas que se abren a la salida del aeropuerto, si es el caso. «Estábamos muy nerviosos por ver a nuestro hijo de nuevo y por cruzar el charco por primera vez, nunca hemos ido tan lejos».
Hablan Charo Trigo y Vicent Monreal, una pareja de Alcossebre que se reencontró —«¡por fin!»— esta semana con su hijo Javier, que realiza su estancia de doctorado en una universidad de Los Ángeles, California. Javier es ingeniero y se dedica a monitorizar la serotonina, conocida como la «hormona de la felicidad».
Precisamente eso es lo que transmiten sus padres al compartir, emocionados, su viaje a Estados Unidos: «Queremos ver dónde vive, estar con él, compartir esta experiencia, ¿qué mejor forma que hacerlo descubriendo nuevos lugares?», dicen ambos ilusionados.
Certificado covid y PCR
El matrimonio pudo viajar porque Estados Unidos ha abierto sus fronteras después de casi 20 meses. Una noticia que permitirá que cientos de familiares, parejas, amigos y allegados de valencianos residentes en el país norteamericano puedan volar de nuevo hasta allí. Y en estas líneas se identifican a algunas de esas familias. Con nombres y apellidos. La condición para entrar es tener el certificado de vacunación covid completo y una PCR negativa realizada tres días antes de emprender el viaje.
«En cuanto supimos que Biden iba a eliminar el veto a los vuelos nos compramos el billete para ver a Javier», cuenta Charo. La pareja adquirió los boletos antes del día 8 de noviembre que fue el día en el que cayeron las restricciones. «Ahora, hemos mirado cuánto vale viajar y se ha triplicado el precio», detalla Vicent. De hecho, muchos de los vuelos programados de Delta estaban al completo esta semana pasada según explicaron desde la aerolínea, que reconocieron un incremento del 450 % en las reservas internacionales en las seis últimas semanas. Un comportamiento que «responde a la apertura de fronteras», teorizaron los castellonenses. Charo y Vicent aterrizaban hace unos días en la ciudad de Hollywood, donde pasarán dos semanas. Visiblemente emocionados, enviaban a este periódico una fotografía del encuentro. «Estamos muy ilusionados y felices, ha sido una suerte poder viajar ahora».
Los de Alcossebre han viajado nada más se han abierto las fronteras, pero el anuncio de Biden también permitirá a las familias juntarse en Navidad. Y Vicente Cámara lo sabe. Este otro valenciano residente en Paterna viajará junto a su mujer y su hija a Chicago el 20 de diciembre para pasar las fiestas con su hija Belén, que vive en Estados Unidos con su marido y sus dos hijos. Uno de ellos nacido hace menos de un año.
Navidades en Chicago
Dice el padre que siente «una alegría desmedida» cada vez que piensa en la Navidad que será «muy especial».
Será un encuentro muy emotivo pues, desde hace más de un año, Vicente Cámara no ha podido ir a ver a Belén. Tampoco en el momento en el que ella dio a luz. «Ha sido duro», cuenta, «si pasaba algo grave, no había manera de ir. Eso me cambió, fue un antes y un después desde que Belén vive fuera de València», apunta Vicente Cámara. Pero, sin duda, añade, «lo más angustioso fue no poder estar en el parto». Este verano Belén viajó a València y presentó a toda su familia al recién llegado, que ya tenía cinco meses. Estas navidades volverán a reencontrarse. «Compramos los billetes en octubre pensando que todo mejoraría». Y así ha sido. «Tenemos muchas ganas de estar allí. La Navidad no es lo mismo sin tener a tu familia contigo», añade Vicente Cámara.
Por otra parte, Javier Cano, natural de Utiel y residente en Austin (Texas) hará este trayecto a la inversa durante las mismas fechas. «Llevo en Estados Unidos desde 2018 y no he podido ir a España desde que se inició la pandemia». Pasó las navidades de 2019 en casa y, tras volver a Washington DC, donde vivía en aquel momento, estalló la pandemia y desde entonces no ha podido regresar. En este periodo, Javier se ha mudado a Texas, se ha casado y ha tenido una hija, que ahora tiene cuatro meses de vida.
«Todo se echa de menos»
«Mi padre va a conocer a mi mujer y a mi niña, nos vemos en videollamada pero no es lo mismo», cuenta Javier. «Es una persona mayor y le hace especial ilusión tener una nieta, conocer a su nuera y verme. Han pasado dos años, y volver a casa, volver al pueblo y ver a toda mi gente, es todo un acontecimiento. Todo se echa de menos», reconoce este entrenador de fútbol (un deporte que en Estados Unidos adopta el nombre de soccer).
Javier, su pareja y su hija volarán a España y aterrizarán en Utiel el 21 de diciembre hasta después de Reyes. «Quiero que vivamos la noche de reyes allí, es una tradición que aquí no existe y me gustaría que conocieran», cuenta el profesional valenciano.
A partir de la semana pasada y en adelante, seguro que todas estas personas, de una forma u otra, levantarán los pies antes de aterrizar tras meses esperando el momento de llegar a este destino.
