¿Cómo diría que es la nueva Vaersa o qué debería aspirar a ser en el futuro?
Existe la necesidad de que Vaersa o cualquier empresa pública que sea verde, tenga acogida, eco y comprensión entre la ciudadanía porque el papel que cumplimos es de gran relevancia social, económica y ambiental. Puede que la percepción que se tenga ahora es de baja valoración, pero hemos solucionado el tema de las bolsas de trabajo y ahora queremos mayor estabilidad a través de un contrato programa.
Tal vez el pasado haya contribuido a esa imagen, con causas judiciales por presunta prevaricación y apropiación indebida en la época del PP.
Eso sería importante que cambiara. Somos un equipo multidisciplinar, con gente muy cualificada en muchos ámbitos, que hace las cosas con profesionalidad y eficiencia. Un ejemplo se dio en el episodio de alerta por altas temperaturas el pasado verano, donde Vaersa se dedicó a señalar e informar a la gente de que durante unos días no se podía transitar por los caminos rurales, ya que colaboramos con los parques naturales.
Parecía una medida con sentido común para evitar males mayores como los incendios.
La decisión política encontró enseguida capacidad para llevarla a término a través de Vaersa. Una iniciativa así se implanta mejor por un organismo público que no si has de recurrir a una empresa privada y la población es mejor tratada. El resultado fue bueno y crear conciencia ambiental también es muy positivo.
Los terrenos forestales crecen cada año por abandono de cultivos. ¿Cuál sería la mejor gestión del monte valenciano?
En mi opinión, cabe un plan contrastado científicamente que parta de una valoración de los proyectos que se están haciendo en otras zonas con coordenadas climáticas parecidas. Es el caso de Australia, Estados Unidos o zonas de Centroamérica. Ver si esas dinámicas han dado buenos resultados e implantarlas. Eso necesita una previsión presupuestaria de recursos y de quién va a hacer esa faena para que sea revisable y evaluable periódicamente.
¿Hay plantilla para la vigilancia forestal?
Ha aumentado un 25 % y se está incrementando en los parques naturales y en la Xarxa Natura 2000.
¿Cómo estamos en gestión y prevención de residuos?
Avanzando a pasos agigantados. Tenemos la suerte de que el tema es tan acuciante que todas las políticas de la Unión Europea nos están obligando a las buenas prácticas. Es algo bastante constatable la apuesta del Botànic por un buen tratamiento de la basura y la economía circular, pero es que además el contexto económico y climático nos lo impone. Hemos de aprovechar esta reconstrucción económica para enfocar el tema de la mejor manera posible.
A veces una piensa que menos mal que está Europa para tirar de las orejas, ¿no?
Somos una comunidad autónoma olvidada por el Estado y muchas veces nos va bien que Europa imponga condiciones de modernización para que el Gobierno no tenga más remedio que ponerse a ello. Como ocurre con la digitalización de los archivos de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.
¿Estamos preparados para los objetivos comunitarios en economía circular?
Se están haciendo bien las cosas. Estoy sorprendido de cómo se está actuando en este terreno porque se está consiguiendo una visión del residuo global. Aunque pongamos buenos robots o hasta un triple triaje en las plantas, si no actuamos todos coordinados, no haremos nada porque no podemos ir casa por casa. Por parte de Vaersa el esfuerzo es diario en actualización. Como somos una empresa, la rentabilidad y la eficacia son muy importantes. La tendencia en los residuos urbanos va a ser reducir a cero lo que llega al vertedero porque si no tendremos que pagar tasas. Es importante pues que hagamos inversiones de modernización.
El Plan de Residuos de la Comunitat Valenciana señala que antes de 2022 los consorcios han de habilitar áreas específicas para la reutilización.
Vamos implementando nuevas estructuras y dinámicas en las plantas para ir reduciendo de manera muy significativa los desechos, abriéndonos a nuevas áreas como puede ser el tratamiento de pañales, el puerta a puerta, la recogida de aluminio o el plástico ligero. Hacemos proyectos piloto y estudios para saber cuáles y cómo podrían ser reutilizados.
