Una investigación de Gabriela Moriana, profesora del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universitat de València y directora del Institut Universitari d’Estudis de les Dones (IUED), apunta que un gran número de alumnas sufren o han sufrido violencia machista.

En este estudio, realizado durante siete años, la directora del IUED recopila experiencias de sus alumnas. Así, expone que se encontró con diferentes casos de violencia intrafamiliar, diferentes tipos de violencia contra la mujer y alguna denuncia falsa. Pero, sobre todo, lo que declaran las alumnas es que “la inmensa mayoría ha sufrido ella misma, o conoce a mujeres que hayan sufrido violencia machista por parte de su pareja o expareja”.

La profesora asegura que “necesitaba saber si sus alumnas sufrían o habían sufrido violencia machista para saber cómo abordar las clases y ayudarlas” porque la realidad es que “una relación de abusos y maltrato puede ser normalizada”, sobre todo cuando se trata de un maltrato psicológico, donde las víctimas terminan por sentirse culpables.

Gabriela Moriana, profesora del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universitat de València y directora del Institut Universitari d’Estudis de les Dones (IUED) Levante-EMV

Uno de los ejemplos es el caso de una alumna que demuestra hasta donde pueden llegar las agresiones, debido a que ella sufrió maltrato psicológico y físico a los 16 años, cuando su entonces pareja le dio “una paliza y acabó ingresada”. La alumna denuncia que después de este suceso, vivió “trastornos alimentarios y de baja autoestima”.

Otra de las alumnas expuso la dificultad que supone dejar una relación así, ya que ella de los 20 a los 23 años se encontraba en una relación muy tóxica donde “cada vez que hacía algo mal” su agresor la insultaba. El maltrato llegó a tal punto que un día la cogió “del cuello y pensaba que se quedaba en el suelo”, según un testimonio que recoge la profesora en su trabajo, publicado en la revista TS Nova. Posteriormente, la víctima denunció a su agresor, pero decidió quitarle la denuncia; aunque ahora, afirma que, haber salido de una relación así es “lo mejor” que le ha pasado.

Por otro lado, Moriana afirma que “necesitaba saber qué entiende el estudiantado por violencia de género”. El resultado fue una definición donde la mayoría afirmaba que “se daba tanto de forma física, verbal y psíquica, entre un hombre y una mujer, independientemente de quién fuese el agresor y agredido”, cuando la realidad de la Ley Orgánica del 2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género es completamente distinta y se centra en las mujeres.

Por ello, la conclusión de Gabriela Moriana es que “hay que seguir trabajando la igualdad y prevención de la violencia, y la necesidad de la implicación de la Universitat de València, porque tanto nuestras estudiantes como otras mujeres tienen derecho a vivir vidas si violencia”.