«Estar alerta pero no alarmados». Es el mensaje sobre la nueva variante del coronavirus ómicron, descubierta en Sudáfrica que, de nuevo, lanzaron los investigadores especialistas en el coronavirus y la covid-19 reunidos ayer en la Conselleria de Sanidad en una jornada científica sobre el Programa Valenciano de Investigación Vacunal Covid-19 (ProVaVac). Por ahora, los que más saben del SARS-CoV-2, reconocen que tienen poca información para responder a la pregunta que más les hacen desde la semana pasada: ¿la variante puede echar el traste el avance conseguido con las vacunas?

«Es una incógnita. Aún no tenemos información para decir mucho. Nos preocupa porque es una variante con mutaciones que vistas por separado permitían mayor transmisibilidad y mayor capacidad para escapar al control del sistema inmune y ahora están todas juntas. Pero hay que estudiarla porque la constelación de mutaciones no siempre se comportan igual», explicó Iñaki Comas, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV) que lleva siguiéndole la pista al SARS-CoV-2 gracias a la secuenciación genómica desde 2020.

Según Comas, «un poco más o menos de efectividad de vacunas puede pasar pero aún necesitamos verlo». Y el mejor banco de pruebas va a ser el laboratorio pero también la evolución epidemiológica de la nueva variante en otros países y si hay una misma trayectoria en todos. «Ha crecido muy rápido en varias regiones de África pero en un contexto de poca competencia y con mucha gente que ha pasado la infección. Por eso es importante ver cómo se comporta en otros países. Entonces podremos hacer una valoración más concreta y ver si será otra delta o una variante más que desaparecerá con el tiempo».

Métodos de detección

Por lo pronto, la variante ya ha llegado a España con un primer caso detectado en Madrid, por lo que es más que posible que aparezcan más en los próximos días. En la Comunitat Valenciana, al menos hasta la semana pasada no se tenía constancia de la variante en uno de los sistemas de detección rápida con los que se cuenta: el de las aguas residuales. Así lo puso de manifiesto ayer en la jornada, la investigadora del IATA-CSIC, Gloria Sánchez.

Este será «uno de los primeros sistemas de alerta que detectará el virus», según Comas aunque también se podría encontrar de forma rápida en los hospitales a través de las pruebas de detección del coronavirus ya que, con anteriores variantes, se desarrollaron marcadores específicos para encontrar ciertas mutaciones «y ómicron también las tiene, por lo que las pruebas nos sirven para encontrarla», explicó Comas.

Por último, el investigador del CSIC pidió «no castigar» a Sudáfrica con anulación de vuelos y otras medidas por haber avisado de la variante una vez descubierta porque «ha dado la alarma rápido aunque no tenga el origen allí pero ellos sí tienen mayor capacidad de detección y hay que ponerlo en valor. No debemos castigar a esos países por avisar porque necesitamos esa comunicación rápida de datos» para tener margen de maniobra, recordó el experto.

ProVaVac estudiará los efectos adversos en niños

El Programa Valenciano de Investigación Vacunal Covid-19 (ProVaVac), puesto en marcha para tener información sobre la efectividad y posibles efectos adversos de las vacunas va a ampliar sus áreas de estudio si se autoriza la vacunación en niños. Si las autoridades europeas y españolas así lo deciden, el programa crecerá para hacer una encuesta sobre posibles efectos adversos en la población infantil y también se trabajará en reevaluar la efectividad de las vacunas tras las dosis de refuerzo.