Carmen Débora, de 87 años, ha recuperado el hogar de su vida. Del que le desahuciaron en abierto, sin avisar, aprovechando que no estaba en casa y sin sentencia firme. La Audiencia Provincial desestima ese primer fallo y obliga propietario a devolverle la casa tras celebrarse un recurso, tal y como adelantó Levante-EMV. Pero ni así puede estar tranquila. "¿Yo a qué hogar vuelvo? Si me lo han destrozado". 

Las palabras salen por la boca de Dolores Messeguer, su hija, que esta tarde ha atendido a los medios de comunicación junto a los activistas de la Plataforma de Afectados por la hipoteca (PAH) y las abogadas de la causa. Carmen Débora no asistió porque su lucha ya estaba ganada y no le han quedado fuerzas ni ganas para dar la cara. Sólo quiere volver a casa. 

La presión de la PAH paró su desahucio, al que la comisión judicial no se presentó ni firmó el acta de suspensión. Lo suyo fue un desalojo "en abierto" ya que vinieron cinco días después sin notificar a nadie, ni siquiera a su abogada y le cambiaron el cerrojo cuando no estaba. Los activistas por la vivienda llevan semanas denunciando estos procesos, al igual que Dolores Palomo y Antonia Escudero, abogadas de la causa. Escudero ha apuntado que "no vemos que está acorde a derecho, lo normal, como dice la ley, es que se notifique en fecha y hora", ha criticado.

Tras el recurso la hija de Carmen Débora, la PAH y las abogadas lo celebran como una victoria, aunque recuerdan todos los daños todavía por restituir. Delfina Sánchez, portavoz de la PAH, ha criticado "el sufrimiento" provocado a Débora por desahuciarla cuando no había una sentencia firme "y tenía que celebrarse un recurso en quince días". "Los errores judiciales existen, y tenemos que denunciarlos" ha sentenciado Sánchez.

La sentencia dictada por la Audiencia Provincial ayer desestima el primer fallo por dos grandes razones que tumban las demandas del propietario, según ha explicado Palomo. La primera de ellas es considerar la presencia de perros en la vivienda como motivo para la rescisión del contrato. "En este caso el juez ha utilizado la norma del año 94, cuando el contrato de renta antigua de Débora es del año 74, y tendría que habérsele aplicado esta última, donde no dice que la presencia de perros sea motivo para rescindir un contrato", ha explicado. La segunda razón -prosigue- es que no se ha entendido de manera correcta el término "insalubridad" en la primera sentencia. Así, la Audiencia Provincial explica que para que un piso sea insalubre debe tener unas condiciones nocivas para la salud, y este no era el caso de Débora tal y como quedó acreditado.

Cita en concreto la visita del propio juez a la vivienda el 15 de septiembre de 2020, donde dice que "resulta no haber problema alguno de salubridad y no apreciarse la existencia de animales, siquiera -según se escribe- indicio alguno de tales animales, tampoco olor vinculado a animales y sí olor a humedades (de la que se hace constatar muestras de su realidad) y por falta de ventilación". El fallo, además de revocar la primera sentencia, impone el pago de las costas al demandante. Pese a todo, todavía cabe un recurso de casación aunque Sergio Ramos, abogado de Débora, dice que no hay posibilidades de que prospere.

Daños en la vivienda

Pese a la sentencia, Carmen no puede estar tranquila, ya que como informó este periódico muchos de sus muebles antiguos se han roto durante el traslado. Actualmente el piso está "destrozado", según explica su hija, por la inacción del propietario a la hora de arreglar los desperfectos para -denuncia- que su madre dejara la vivienda. "Mi madre está destrozada, aún no sabe cuando tendrá las llaves", ha lamentado Messeguer.

Además de los daños económicos el proceso de desahucio también ha sido especialmente doloroso para Débora. Como ha explicado su hija "gracias a que la PAH colabora con la asociación Psicólogos Sin Fronteras, porque el día del desahucio a mi madre casi le da un infarto. Yo no sé qué habría sido de ella si no hubiera tenido una psicóloga ahí". En estos momentos, según cuenta su hija, Débora está derrotada. "Como si le hubieran dado una paliza, está durmiendo para reponerse de todo esto", cuenta.

"Que los jueces no sean tan creativos"

El desahucio en abierto es un proceso por el cual la comisión judicial no se presenta en fecha y hora en un desalojo y no firma la suspensión de este para poder presentarse días después sin notificar a la afectada ni su abogada, tal y como establece la ley. Estos procesos no eran comunes en la ciudad de València, según explica la PAH, pero en los últimos meses los están viendo proliferar. "Pedimos a los jueces que no sean tan creativos, que notifiquen en fecha y hora en vez de dejar los procesos en abierto, que dejan a las personas totalmente indefensas. Y pedimos que, si tienen un certificado de vulnerabilidad (uno de los supuestos del decreto antidesahucios del Gobierno) encima de la mesa no se empeñen en volver a valorarlo y cambiar la versión.

Para finalizar, José Luis González, de la PAH, recordó que "pese a que existe una ley que en teoría limita los desahucios de familias vulnerables nosotros tenemos que asistir a uno cada quince días, porque los jueces dan sus propias interpretaciones". Las cifras publicadas hoy por el CGPJ dan la razón a la plataforma ya que, en el tercer trimestre del año, los desahucios en la Comunitat han subido un 16 % hasta los 1.317, lo que significa 15 desahucios al día durante este periodo. La mayoría de los lanzamientos fueron por impago de hipoteca.

Desde la PAH reclamaron ambición en la nueva ley de Vivienda del Gobierno para limitar estos casos, "que no se desahucie a ninguna familia sin alternativa habitacional, y ampliar el parque público de vivienda con los inmuebles de la Sareb y el rescate que nos debe la banca y todavía no ha pagado".