Más de 2,9 millones de valencianos disponen del certificado covid que, a partir de esta medianoche se ha empezado a exigir en la Comunitat Valenciana para poder entrar en locales de hostelería, restauración, ocio y entretenimiento con aforo superior a 50 personas, además de locales de actividad recreativa y azar con servicio de restauración; así como en eventos con más de 500 personas. También en hospitales y residencias. Todos ellos cuentan, generalmente, con un distintivo rojo en la puerta que indica este nuevo requisito.

Una realidad que ya se ve en València, por ejemplo, en el ocio nocturno de Russafa y Ciutat Vella, donde se ha empezado a controlar el acceso a los locales de fiesta ya el viernes, pasadas las 23.00 horas, para lo que los negocios cuentan con una aplicación móvil europea con la que “escanear” el pasaporte covid de sus clientes.

Pocos minutos después de la medianoche, se empezaron a ver las primeras colas en las puertas de algunos establecimientos como pubs y discotecas, que han optado por tener a un empleado "checkeando" los pasaportes y comprobando las identidades, como ha podido constatar Levante-EMV.

En la mayoría de casos, esta labor la lleva a cabo el personal de seguridad, con el que ya contaban estos locales, y por ello han habilitado controles especiales sin registrar incidentes, aseguraba anoche una conocida discoteca de la Gran Vía.

En general, la medida ha sido aceptada por las personas usuarias del ocio nocturno, y mostrar el certificado ha generado, incluso, cierto 'comboi' en grupos de amigos que también se ayudaban entre ellos si alguno no lo tenía. Aunque se han visto imágenes de SIP en mano, la mayoría ha salido de casa con los deberes hechos y, como ya habían comprobado desde una discoteca durante la primera hora, "los despistados son los menos" y muchos acudían conocedores de la nueva normativa.

Más seguridad

Un grupo de amigas de cena 'prenavideña' afirman que la medida les parece "muy buena". "Me parece muy bien, porque así te sientes más seguro sabiendo que todos están vacunados", apunta Mariam a este periódico. "Es muy fácil descargárselo desde la web de la Generalitat", asegura la mujer sobre la obtención del documento.

"No me parece mal. Prefiero salir aunque sea con medidas que volverme a quedar en casa"

Por otro lado, Lidia y otras jóvenes opinan igual. "No me parece mal. Prefiero salir aunque sea con medidas que volverme a quedar en casa. Yo estoy de acuerdo con la vacunación, así que me parece bien y da cierta seguridad", añade la joven. "Es como tener tranquilidad, dentro de lo que cabe", incide su compañera Daniela.

En otro grupo debaten sobre la cuestión. Carlos, con tres vacunas y temor a una nueva saturación de los hospitales, cree que la medida sí es efectiva "porque más gente se está vacunando por la presión social", aunque su amigo Álex ve cuestionable que de algún modo se esté forzando a ello, lo que "podría ir en contra de las libertades", expone. Junto a ellos, Marta es tajante: "Lo de la libertad me parece una memez, porque si tú te vacunas, proteges a los demás... es de cajón, pero si hay gente que necesita esta motivación: bienvenida sea", reconoce.

Si bien la amplia mayoría de personas han sido previsoras y preparan sus certificados de vacunación en las puertas de los locales para acceder sin más problemas, unos pocos deciden dar media vuelta al comprobar que sí se solicita la documentación. "Sí lo tenemos, pero si lo piden no vamos a entrar, nos vamos a casa", afirma paradójicamente un grupo de hombres ante una discoteca de Russafa, tras recibir una contundente respuesta: "Sin certificado no se puede pasar".

Asimismo, no dejan de estar aquellos que intentan ser más pícaros, con excusas del estilo "tengo el móvil bloqueado y me pide el puk, pero lo tengo en casa, ¿tampoco puedo entrar?".

Anécdotas aparte, una vez más, el ocio nocturno ha asumido el cumplimiento de una nueva medida dictada por la Generalitat para intentar evitar contagios en los interiores, ahora que la curva vuelve al ir al alza y se multiplican los encuentros familiares y de amigos, así como las celebraciones de cara a navidad. El certificado obligatorio ha hecho que al menos 2.000 personas se vacunaran recientemente, tras hacer público el anuncio.

Durante el sábado se verá el impacto de esta medida en la restauración, que a medianoche recogía mesas, por lo que aún no habían solicitado el certificado a sus comensales, pues pocos platos se servían a partir de las 00 horas, durante una noche gélida sin excesivo ambiente festivo. Eso sí, algunos ya deslizaban quejas al prever complicaciones para cumplir esta nueva instrucción y temían las quejas y falta de comprensión de algunos clientes.

Un restaurante del centro de València se desmarcaba del ocio nocturno. "Nosotros somos camareros y nada más, en los restaurantes no hay personal de seguridad y no somos policías para pedir el DNI o la documentación; será muy difícil, porque no estamos acostumbrados a decir quien puede entrar y quien no... Los jefes no van a hacer más contrataciones y somos los que somos...", reconocían a Levante-EMV.

El tema de los turistas también genera alguna preocupación pues, según afirman varias personas consultadas, aunque la mayoría tienen el pase covid -porque es necesario para viajar-, en algunos casos la aplicación para escanear el código QR da error con certificados de otros países, aunque no siempre.

Qué documentos son válidos

Como ha publicado este periódico, cabe recordar que son válidos tres certificados, disponibles en la web habilitada por la Conselleria de Sanidad, y se pueden mostrar tanto en papel como en PDF en el móvil. Son el certificado de vacunación con pauta completa; la acreditación de una PCR negativa en las últimas 72 horas o test de antígenos negativo en las últimas 48 horas; y el certificado de recuperación de la enfermedad en los últimos 6 meses.

Aún así, a pesar de contar con la vacunación o cumplir las condiciones anteriores, se recomienda la cautela en los encuentros sociales, además del uso de la mascarilla cuando no se consume ninguna bebida ni comida, y primar los espacios ventilados o al aire libre, lo que reduce exponencialmente el riesgo de contagio.