Las familias de personas represaliadas por el franquismo en Alicante están más cerca de recuperar los restos de sus seres queridos. Las exhumaciones en el Cementerio Municipal de Alicante han localizado los primeros restos de víctimas de la represión franquista en los trabajos realizados en las fosas 20 y 36.
Concretamente, tras los trabajos llevados a cabo en los últimos meses, se ha constatado que el número mínimo de personas asesinadas de la fosa 36 asciende a 25 (como figura en los datos del registro cementerial), pues se han encontrado esta cantidad de fémures derechos. Asimismo, se han hallado restos parciales de tres víctimas con signos de violencia, pues varias presentan un orificio de salida de bala en el una parte del cráneo.
Los trabajos en la fosa 36, promovidos por el ayuntamiento de Aspe, esperaban recuperar los restos de 22 personas asesinadas entre el 26 de junio y el 17 de julio de 1941, en su mayoría de esta localidad. En cuanto a los trabajos de exhumación de la fosa 20 del cementerio de Alicante, que se están desarrollando en estos momentos, promovidos por la asociación «Cinco Ojos» de Aspe, han encontrado siete cuerpos de los catorce previstos.
Proyectil en cráneo y esternón
De los siete restos, cuatro presentan signos de violencia, tres de ellos tienen orificios de proyectil en el cráneo y otro de ellos en el esternón. Los trabajos continúan con el objetivo de recuperar los restos de las catorce personas fusiladas entre el 26 de junio y el 9 de agosto de 1941.
En Alicante, alrededor de 400 personas de diferentes localidades alicantinas y también de otros municipios españoles desaparecieron víctimas de la represión franquista a través de numerosas ejecuciones tras juicio sumarísimo y sentencia de muerte. Una historia tristemente repetida por todo el país.
La consellera de Memoria Histórica, Rosa Pérez Garijo Pérez Garijo, valora muy positivamente los trabajos y subrayaba ayer que se sigue «avanzando en dignidad para nuestro país». Por su parte, el alcalde de Aspe, Antonio Puerto, afirmaba también que la localización de los cuerpos «abre la esperanza a que se pueda reparar esa deuda histórica con los represaliados y sus familias y que puedan tener un descanso digno».
