Mireia Mollà deriva la responsabilidad del proyecto de selvicultura que costó la vida a diez equinos hacia el propietario de los animales, Juan Lebrián, y el director del Parc Natural del Desert de Les Palmes, Toni García. “Esta iniciativa no era de la conselleria”, reiteró en varias ocasiones la titular de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica. Una circunstancia que provocó la dimisión del director general de Medio Natural, Benjamín Pérez y la apertura de dos expedientes disciplinarios al director-conservador del parque y la Jefa de Servicios de Espacios Protegidos. De la comparecencia de Mollà en la comisión de Medio Ambiente de las Corts se desprende que tras la auditoría de Vaersa, los números entre los animales que iniciaron la iniciativa -cincuenta-, los diez que fallecieron y los que se inspeccionaron tras el regreso a la propiedad, no cuadran.

Aunque en teoría volvieron 41 animales a la cabaña, pues en el proceso nació un burrito, pronto se detectaron incongruencias en la cifra final de equidos. Además, se pudo comprobar que otros cuatro, entre ellos un caballo, no tenían ningúna identificación. “Faltan siete animales", reiteró la consellera en su intervención inicial y en la réplica posterior a los grupos. Mollà, además, aconsejó a Eduardo del Pozo, diputado de Ciudadanos, no defender las tesis del ganadero. “Yo no pondría la mano en el fuego por este señor por las consecuencias que ello pueda tener, ni me referiría a él como amante de los animales”, apuntaba. En ese punto, recordaba que el dueño“nunca comunicó a la Guardia Civil lo que ocurría mientras se le iban muriendo una burrita tras otra”. Hechos que han provocado también la apertura de un expediente al ganadero.

Mollà argumentó que se habían requerido los servicios de los veterinarios del CEU San Pablo cuando se conoció lo que estaba sucediendo y no los propios de la conselleria por la apertura de un expediente. Se sobreentiende, pues, que se buscaba un criterio ajeno a los servicios del departamento en busca de la mayor objetividad posible. Mollà insistió en su explicación inicial de hace unos meses: solo tuvo constancia de las muertes cuando el propio director del parque decidió poner fin al proyecto "sin elevar, ni reclamar apoyo, en ningún momento, de ninguna estancia superior".

Proyecto desestimado inicialmente

La consellera relató que la Dirección Territorial desestimó el proyecto inicialmente al faltar un plan técnico de aprovechamiento forestal. Sin embargo, la interpelación posterior del director del parque natural, elevando una propuesta favorable para que se contemplara como pastoreo, propició finalmente luz verde por parte de la administración autonómica.

Los grupos de la oposición cargaron duramente contra la consellera por la falta de reacción del departamento de Mollà, la ausencia de tutelaje y el cúmulo de errores que derivaron en el fallecimiento de los animales. Elisa Díaz (PP) echó en cara a la consellera la ausencia de una inspección rigurosa, mientras que del Pozo (Cs) realizó una defensa encendida del ganadero. José Luis Aguirre, tras desgranar las virtudes del pastoralismo, pidió a la consellera más gobierno.

Falta de tutelaje político

Compromís, PSPV y Unides Podem, aunque admitieron falta de tutelaje de la iniciativa, elogiaron la comparecencia de Mollà a petición propia, a diferencia de lo que ocurría en los tiempos en que gobernaba el Partido Popular, como incidía el socialista David Calvo. Mónica Álvaro, de Compromís, echaba en cara a grupos como VOX la hipocresía a la hora de defender el bienestar animal, mientras que Beatriu Gascó (Unides Podem), incidía en que el fracaso de la experiencia “no debe frenar la apuesta de la selvicultura como prevención de incendios”.