La Conselleria de Sanidad ha ordenado a todos los hospitales valencianos que se anulen las operaciones que no sean urgentes y necesiten ocupar después una cama de UCI, en un intento de liberar espacio en las unidades de cuidados intensivos ante el aumento de pacientes críticos que pueden llegar en los próximos días tras la explosión de contagios covid de la sexta ola que ya se considera que está «descontrolada».

Así consta en las instrucciones internas que ayer trasladó la conselleria a todos los centros y que, como ya se hizo en otros momentos críticos de la pandemia, buscan estar preparados ante lo que pueda venir en los próximos días. Es una de las primeras señales de que las consecuencias de la sexta ola preocupan.

Según el texto al que ha tenido acceso este diario, se ha dado la orden a los hospitales de anular todas las intervenciones quirúrgicas «no prioritarias» en la que el paciente necesite después por su estado ocupar una cama UCI y derivar a otros centros las prioritarias de pacientes no oncológicos que también necesiten camas UCI. Las demás, sean urgentes o no, se podrán seguir haciendo siempre que no necesiten recursos en Medicina Intensiva. Se salvan de esta prohibición las que sean urgentes y de pacientes de cáncer.

La medida se toma para preservar el recurso más difícil de generar y más especializado, las camas de UCI, en un momento en que estas unidades están a tres cuartos de su capacidad total (al menos lo estaban hace una semana) pero los pacientes covid en ellas se han duplicado en el último mes. Si el lunes 29 de noviembre había en UCI 73 pacientes covid, ayer jueves la cifra era ya de 151.

Esto supone que solo en pacientes de coronavirus se están ocupando el 22 % de todas las camas de intensivos que hay actualmente disponibles (unas 512) pero también de todas las que la sanidad valenciana es capaz de instalar (unas 800 o incluso 1.200, el triple de las que normalmente hay), situación a la que se llegó el pasado enero y que supuso improvisar unidades de críticos en sitios tan inesperados como quirófanos ante la falta de espacio y el aumento exponencial de enfermos de coronavirus.

Ganar espacios en las UCI

Para contar con el máximo espacio posible —porque hay que atender a los enfermos de covid pero también al de restos de patologías como infartos o accidentes de tráfico que siguen entrando—, además de no hacer estas cirugías no urgentes, los hospitales tienen que habilitar esos lugares extra que ya tienen previstos en sus planes de contingencia covid lo que supone, en el caso de las UCI, ir ocupando espacios anexos para los pacientes más graves en zonas como reanimación, el llamado «despertar», las unidades de cirugía sin ingreso o incluso los quirófanos.

En la C. Valenciana ya había centros de las tres provincias donde, por brotes puntuales o una evolución negativa en sus comarcas, ya estaban teniendo problemas de ocupación en sus UCI y habían tirado mano de anular cirugías, ampliar espacios y de derivar pacientes como Vinaròs o la Marina Baixa. Ahora, la orden se da para todos con la intención de tener recursos suficientes en todas las UCI y poder derivar enfermos entre ellas.

El impacto de ómicron

Los expertos y la Administración confían en que, en esta ola, no se llegue a extremos como los de la gran ola de enero (en la que hubo un pico de 670 pacientes covid en UCI a finales de mes) gracias al efecto de las vacunas que han aminorado el riesgo de entrar en el hospital si te contagias a la mitad y un 40 % el riesgo de entrar en UCI pero, ómicron ha venido a desbaratar los planes. Al ser una variante más contagiosa no importa que la enfermedad que genere no sea más grave: si provoca un crecimiento exponencial de casos como ya está pasando, aunque el porcentaje de los que entren en UCI sea menor en relación a otras olas, serán muchos al ser muchos los contagiados, una simple cuestión de estadística.

Doblar camas

Las órdenes dadas por conselleria son muy parecidas a las que ya se dieron en anteriores olas. Pasan también por reubicar a trabajadores de una área a otra según sean necesarios, anular actividades de voluntariado en los hospitales y «cerrar» los centros, limitando las entradas y salidas de personas que no sean trabajadores o pacientes en un intento de evitar que se conviertan en un foco de contagio.

Además, se permite también como se hacía en momentos de mucha demanda en años prepandemia, doblar las camas en habitaciones individuales para poder acoger a más enfermos, también en las planta covid ,además de poner camas de hospitalización en sitios que, de normal, no están pensado para ello, tal como se vio en la gran ola de enero, con capillas reconvertidas en salas de hospitalización. La situación en planta, sin embargo, no es tan preocupante como en las UCI.

Las medidas están, aunque el deseo de todos los profesionales implicados es que, realmente, no haya que ponerlas en marcha y no volver a ese escenario «de guerra» que presentaban los hospitales el pasado mes de enero. «Preocupación» es la palabra que resumía el estado de ánimo actual de los profesionales de las unidades de cuidados intensivos, según trasladó ayer la presidenta de la sociedad valenciana de Medicina Intensiva, Marisa Blasco.