El cuerpo de agentes medioambientales dependientes de la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica comenzó ayer los trabajos de censo de cabra montés con el objetivo de llevar un control sobre enfermedades que afectan a estas especies como la sarna.

Este censo, explicaron desde el departamento autonómico, además de para la vigilancia de estas enfermedades permitirá mejorar la información para otro tipo de aprovechamientos como son el turístico, fotográfico, ecológico así como en sensibilización y educación ambiental.

Para llevar a cabo el seguimiento del censo de esta especie se realiza un muestreo consistente en la observación desde 217 puntos fijos distribuidos por la provincia de Castellón y localizados en siete áreas de distribución homogénea.

A la hora de elegir los puntos fijos de observación para esta labor se tienen en cuenta factores tan importantes como la buena visibilidad, la accesibilidad y representación territorial.

Los trabajos de campo se realizan en invierno coincidiendo con la época de celo de esta especie, lo que supone que los agentes medioambientales que llevan a cabo este seguimiento operen en puntos geográficos altos en los que las temperaturas suelen ser muy bajas, ya que las dos horas de observación diarias previstas en plan de trabajo se desarrollan o bien al amanecer o durante el ocaso.

Con cada avistamiento se rellenan unas fichas que, una vez cumplimentadas, se procesa la información con el objeto de estimar las poblaciones de cabra montés, con el fin de identificar la tendencia poblacional en cada área, ajustar cupos de extracción y obtener información de parámetros demográficos básicos como son; relación de sexos, productividad, estructura por edades y conocimiento del uso del territorio.

Actualmente existen dos subespecies de cabra montesa, la Capra pyrenaica hispánica que ocupa todo el arco montañoso perimediterráneo y la Cabra pyrenaica victoriae que se distribuye por las montañas del centro peninsular.